Ayer amaneció un día soleado y con poco viento después de la anarquía del día anterior. Como nos esperaba una etapa cortita y no teníamos prisa estuvimos paseando por el puerto pesquero de Santurce. Tiene los muros decorados con mosaicos de escenas marineras, que en marea alta coincide el mar del dibujo con la línea de la marea real, con un resultado muy original.
Salimos de Santurce para una navegación tranquila hacia el Oeste. Tuvimos un viento suave y portante que nos permitió probar el espinaker, comprobando que tanto la driza como el saco nuevo funcionaban bien. Es verdad que también hubo encalmadas en que la vela mayor dudaba la velocidad que dar al barco y tuvimos que terminar poniendo el motor, pero hasta esos ratos, sobre un mar de aceite y sin tener que hacer equilibrios para calentar y tomarnos un café, los agradecimos. Además se nos acercó una familia de cetáceos que, por su pequeño tamaño, supusimos que eran marsopas.
Llegamos a Laredo a primera hora de la tarde, y aprovechamos para algunos bricolajes y Patrik para proveerse de una cena de mejillones de los flotadores del pantalán. Este puerto está en aguas abiertas y se ven muy limpias.
Más tarde quedamos con Edu Araujo, nuestro amigo y periodista del programa Itsas Tantak, con el que pasamos una agradable velada compartiendo historias marineras.
Si todo va bien hoy intentaremos volver a Santander.
Con cuidado, navegantes.
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