Hola navegantes.
Como todos los años, los interminables meses de invierno sirven para ir haciéndose la ilusión, y concretando los planes de la siguiente navegación del verano. Entre las cosas más emocionantes está preparar el cuaderno de bitácora que recogerá nuestras peripecias y las anécdotas del viaje. En esta ocasión, que intentaremos llegar a Londres, la portada va a ser un mapa del Reino Unido con las sombras de Corto Maltés y una chica sobre él, recibiendo el viento del Oeste en las espaldas.
Y el interior lo he adornado intercalando las fotos de algunos de los faros de Francia e Inglaterra que iremos encontrando por el camino, por ejemplo el de Saint Mathieu:
Es el más occidental de Francia y uno de los más famosos y fotografiados. Su estética es preciosa, pintado de blanco reluciente como un traje de Primera Comunión y con el copete rojo, y también por estar construido a uno o dos metros de una abadía benedictina de la Edad Media. En sus inmediaciones hay un cenotafio (que significa “tumba vacía”) de los marinos, o sea, un monumento funerario sin nadie enterrado, como homenaje a los marinos muertos. Una pena que sólo está dedicado a la memoria de los fallecidos de la marina militar, mercante y de pesca, olvidando a la marina deportiva, que también los tiene. En el mar, frente al faro, una de las balizas que marca el canal de navegación y los escollos se llama "Los Viejos Monjes" y supongo que será un homenaje a los religiosos de barba cárdena que construyeron la Abadía, sin sospechar que unos siglos después les pegarían el faro.
A lo largo de los meses de navegación intentaré ir recogiendo historias relativas a los faros que crucemos para contároslas.
En esta entrada, de un viaje anterior a Francia, podéis ver lo que tengo costumbre de anotar en el cuaderno de bitácora:
Con cuidado, navegantes.
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