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viernes, 9 de diciembre de 2022

El efecto isla.

 Hola navegantes.

Para fondear solemos buscar el sotavento de una costa para que el barco, protegido del viento, se mueva menos y podamos dormir mejor. Pero el sotavento de la costa de una isla es un caso especial, y a veces nos olvidamos de las olas.

Cuando un tren de olas alcanza una isla se divide en dos, y la reflexión de las ondas hace que se encuentren en la costa de sotavento dos trenes enfrentados con un ángulo de 90 grados más o menos:

Y recibir dos trenes de olas de distinta dirección es lo que más agita a un velero, que se ve sacudido desde babor y desde estribor alternativamente y te asegura un sueño de perro guardián, con los ojos medio abiertos y que por supuesto no te deja descansar.

A  eso se añade que el barco fondeado suele ponerse de proa al viento, y detrás de la isla las olas no viene de la misma dirección que el viento sino a veces perpendicular a él. Y eso hace que te den de lleno en el costado, la peor dirección para dormir porque los balances te tiran de la cama:

 A mí me ha pasado caerme de la cama aunque me hubiera calzado con los sacos de las velas y el espí. La forma de resolverlo es tirar un cabo desde la línea de fondeo hasta uno de los winchies  del génova, para que el velero reciba el viento por la amura en vez de por la proa, e irlo cazando hasta que sean las olas las que entren por la proa:


Hay que vigilar más al principio, porque el barco así atravesado tira más del ancla y podría garrear.

Con cuidado, navegantes.

2 comentarios:

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