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lunes, 19 de diciembre de 2022

El navegante Albert Einstein.

 Hola navegantes.

Pues sí, Einstein también era navegante a vela. ¡Quién lo diría!. Como muchos genios, tenía una personalidad poliédrica y la opinión pública desconoce muchas de sus facetas. No sabía nadar, no tenía ningún permiso de navegación (tampoco de conducir, que según su mujer, "le parecía demasiado complicado") pero navegó toda su vida, principalmente  por las aguas interiores pero también en la costa Este de EEUU. Los únicos vehículos que manejaba eran el velero y la bicicleta.

Una anécdota cuenta que estaba navegando por el lago Léman con la también Premio Nobel Marie Curie. El tiempo empeoró bruscamente y les rodearon unos  nubarrones cargados de infierno, levantándose el viento y las olas, como suele ocurrir en los lagos de montaña. Al ver a Einstein salir del paso airosamente, Marie le dijo:

- "Desconocía que era usted un experto navegante".

A lo que Einstein respondió:

- "Yo también".

Entonces ella insistió:

- "Porque si el velero volcara, yo no sé nadar".

A lo que Einstein contestó:

- "Yo tampoco".

¡No te jeringa!. Su afición se gestó a los 18 años, en el lago de Zurich, donde llevaba a menudo como proel a la hija de su patrona, y se desarrolló con barcos de alquiler en los lagos de Alemania. Recibió el Premio Nobel en 1922, y a partir de 1929 residió en una casa que se construyó cerca de Postdam, en Alemania, en la cercanía de dos lagos. Allí los amigos le regalaron, por su 50 cumpleaños, un velero de crucero de 7 metros de eslora que bautizó "Tümmler" ("Marsopa", una especie de delfín pequeño). Fue el primer y único velero de crucero de su propiedad.


Tenía un  muelle cerca de su jardín:

 

 El "Tümmler" tenía 7 metros de eslora, 2,35 de manga, 0,33-1,25 de calado (era de orza abatible) y arbolaba 20 m2 de velas. El mástil era abatible, el foque autovirante, podía acoger a cuatro personas en la bañera y a dos en la cabina, y tenía aseo, una cocinilla de petróleo, un motor de 5 CV y hasta un estante para sus pipas. Quitando ésto, parecía una fotocopia del Corto Maltés. A pesar de no saber nadar, no se ponía  nunca el chaleco, y sin embargo solía navegar con la pipa en la mano.

Su mujer contó que lo que más feliz le hacía era navegar, y que pasaba tanto tiempo en el agua que hasta era difícil hablar con él. Invitó a navegar en su barco a personajes famosos, como Max Plank, Rabindranath Tagore y otros Premios Nobel, y uno de ellos dijo:

"Lleva el barco con una habilidad e intrepidez inimaginables.  Iza la vela solo, maniobra solo las drizas, las escotas y los tangones para establecer las velas (nota: entonces tenía cincuenta y tantos años y estaba enfermo del corazón). Su placer al navegar ilumina su rostro, y resuena hasta en su voz y su risa". Y su segundo hijo Hans, también físico, dijo que Einstein "tenía necesidad de esas pausas de descanso, la solución a sus problemas venía de esa relajación". En el velero llevaba siempre un cuaderno donde, en los momentos de calma, anotaba sus ideas sobre la física o sobre la humanidad.

Pero el gozo le duró poco, menos de 4 años. En 1933 estaba de gira en EEUU dando conferencias y se enteró de que Hitler había sido proclamado canciller. Dos meses después, en el contexto de la persecución de los judíos (Einstein lo era de nacimiento, no de creencias pues era ateo) expropiaron su casa y su barco, que fue subastado unos meses después. Lo compró un dentista de Postdam y se le perdió la pista. A su vez destruyeron su apartamento en Berlín y quemaron en la plaza pública sus libros y trabajos. Ante semejante barbarie Einstein desembarcó en Bélgica a su vuelta de EEUU, y lo primero que hizo fue dirigirse a la embajada de Alemania en Bruselas y renunciar a su nacionalidad alemana. Emigró a los EEUU y un amigo que le conocía bien dijo que su  barco era, tal vez, lo que más le dolió haber abandonado en Alemania. En 1945 Einstein intentó seguir la pista de sus posesiones en Alemania, pero el destino del barco no se supo.

En el exilio en EEUU se convirtió en un emblema del pacifismo y el sionismo. Su modestia era proverbial, y se le veía a menudo vestido con un chándal, un pantalón caído a lo Charlie Chaplin y calzado sólo con calcetines o con unas cangrejeras de plástico. En 1934 navegó cerca de Rhode Island en el segundo velero de su propiedad, un vela ligera de 5 metros de eslora, el "Tineff", con el radiólogo Dr. Bucky, que dijo de él:

"Velocidad, récords y regatas son contrarios a su naturaleza. Se divierte como un niño cuando el viento cae o cuando el barco vara. No mira jamás el compás, pero por el contrario muestra un sentido de la orientación que le falta totalmente en tierra".

En el verano de 1944 casi fallece en un vuelco. Navegando en el Lago Saranac, al Norte del Estado de Nueva York,  el velero tocó una roca y volcó. Einstein quedó debajo de la vela y con la pierna enredada en un cabo. Sin chaleco, consiguió llegar a la superficie de milagro, donde fue rescatado por una motora. 

A partir de 1948, el año de la creación del Estado de Israel,  y casi con 70 años, navegó en el lago Carnegie en un velero de vela ligera, sin cabina, del que poco se sabe. Se conserva una foto con su amiga Johanna Fantova a bordo, mostrando un barco ancho y estable (los dos están de pie) del que ella dijo: 

"Albert no tiene buena salud, pero continúa complaciéndose con su  mayor placer: la vela. Nunca le veo tan feliz ni de tan buen humor como cuando navega en ese barco tan increíblemente primitivo".

 Por cierto, atentos al traje de Johanna para navegar en un vela ligera. ¡Qué tiempos!.

Einstein murió en 1955 y dejó escrito que le incineraran y se depositaran sus cenizas en un lugar desconocido. Por desgracia ni eso se cumplió, pues en la autopsia los médicos robaron sus ojos y su cerebro, que ha sido estudiado en muchas universidades para intentar encontrar el secreto de su genialidad, sin encontrarlo.

Con cuidado, navegantes.

3 comentarios:

  1. Qué bueno, Alvaro, vaya un magnífico trabajo inédito sobre Einstein!

    Angel Aledo

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  2. Gracias Ángel. No tan inédito porque sus biógrafos lo han recogido antes que yo. Me limito a resumirlo y divulgarlo, porque, en efecto, es una faceta poco conocida. Para mí fue una sorpresa enterarme. Un saludo.

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