Hola navegantes.
En el barco muchas veces queremos dejar un tambucho abierto para ventilar, pero vamos a irnos y nos da miedo que se ponga a llover y a la vuelta lo encontremos todo mojado.
Para eso sirve el truco del azucarillo. Se utiliza un azucarillo como botón y ojal para un cabito que sostiene levantada la tapa del tambucho:
El azucarillo se ata con un as de guía hecho corredizo:
y se pasa por un ojal hecho en el otro cabito:
Si empieza a llover el agua escurre por el cabito, disuelve el azucarillo y la tapa se cierra:
También sirve para una tapa corredera en horizontal. Se la somete a
tensión con un pulpo que tienda a cerrarla, y se la mantiene abierta
con el ojal del azucarillo. Al disolverse el azucarillo, el pulpo actúa y la cierra.
Con cuidado, navegantes.
¡Ostras! ¡Qué bueno!
ResponderEliminarNo lo sabía, gracias Álvaro
Jon (Sausalito)
Qué idea tan creativa y tan potente, impresionante!
ResponderEliminarJoder que invento mas bueno!!
ResponderEliminarUn saludo.
Karburo.
Muy ingenioso, en dos palabras Im Presionante como diria alguno.
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