La muete
(Alvaro González de Aledo). Ver con el teléfono horizontal.
¡Qué bonito rato ayer en el barco con
Acluí!.
Estaba
mojado y con una capa de granizo,
y al no
poder navegar con ese tiempo enfermizo
hablé mucho
con la diosa del nada por aquí.
Está escribiendo “La muete”, un libro para
niños.
Yo entendí
que les quiere evitar tragos amargos
de
angustias, de dolores, de incomunicación, de riños,
de miedo a
la soledad y de rostros carilargos.
Ojalá lo consiga, porque Acluí ha conocido
después de
la felicidad, en carne propia,
la angustia
del diagnóstico, la operación, la endoscopia,
y hasta la
quimioterapia y el cáncer recaído.
Por eso lo tienes fácil, Acluí, tú sólo
explica
lo que “la
muete” no es, y hazlo pensando en ti:
una sonrisa
que vence al suero, al bisturí,
y al
personaje de dentro, rendido y cobardica.
Un combate desigual, valiente, una mirada
tierna,
un aura que
contagia tu valor desde que rompe el día,
en los
momentos malos desde el corazón de tu caverna,
después
volando de tu felicidad a tu filantropía.
Por eso no les hables de “la muete” en el
hospital,
ni de lo
que se puede perder en una carretera,
ni de los
ojos que derraman un llanto torrencial,
ni de lo
bien que van a estar al salir de la pecera,
ni de viejos pellejudos con bastones de
bambú:
diles que “la muete” es justo eso... lo que no eres tú.
Y aquí el dibupoema (clic encima):
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios son bienvenidos. Lo más cómodo es poner tu nombre al final del texto y luego elegir como identidad "anónimo".