Hola navegantes.
Hoy salimos con dirección a Porto Venere, uno de los destinos más bonitos de esta costa. Está detrás de una península y se accede a él por un estrecho paso entre el continente y la isla Palmaria. Es un parque natural y las actividades náuticas están muy reglamentadas.
Salimos de Vernazza con muy poco viento y aunque izamos el espí, la verdad es que sólo a vela navegamos poco. A media mañana hicimos una parada técnica para un baño higiénico. En otras palabras, para bañarnos enjabonándonos en el mar y con la ducha solar en la bañera. Nos quedamos como nuevos. Lo malo es ver desaparecer con el jabón lo que ya considerábamos un bronceado. Cosas de la vela.
Después de ver los primeros delfines de esta navegación, entramos en Porto Venere a las 12 y pico. Nos dejaron amarrar en el muelle para visitar el pueblo, es temporada baja y estaba casi vacío. Subimos al Castillo que domina pueblo, con unas vistas preciosas a la bahía y a la isla Palmaria, y la iglesia que está en la punta de la península. Hoy había dos bodas.
Vimos también la gruta Byron, que se supone inspiró al poeta algunas de sus poesías. Lord Byron era un gran nadador, y al parecer en varias ocasiones nadó desde Porto Venere hasta Lerici, en la orilla de enfrente de la bahía, unas 3 millas. Se comenta que en Lerici tenía amistad con dos mujeres, y que iba a verlas nadando para que no le reconocieran si iba andando por la orilla.
Como hacía muy bueno y empezó a levantarse viento del W, decidimos adelantar poco más y llegar a Viareggio. Salimos a primera hora de la tarde y, en efecto, al principio aprovechamos un viento maravilloso que nos permitió ir con la mayor y el espí a 4 ó 5 nudos. Pasamos frente a las montañas de Carrara, que tienen un color blanco que parece nieve, si no fuera porque con esta temperatura y tan cerca del mar es imposible que la nieve dure. Es el color natural de la roca.
Pero a las 16.30 aquella brisa convaleció y tuvimos que acabar la etapa a motor. Entramos a Viareggio a las 19 h., después de navegar desde las 8.30 y habiendo recorrido 32 millas. El espigón tiene las esculturas de unos niños en las rocas, algunos ellos, ¡como no!, haciendo pis. Mañana recorreremos Viareggio, que tiene una laguna interior donde se visita la casa del compositor Giacomo Pucini. Por la tarde intentaremos llegar a Pisa.
Y para terminar un homenaje a Lituca. Ojalá sea verdad que desde algún sitio puede seguirnos en este viaje.
Hasta mañana navegantes.
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