Pues si, después de 10 horas de carretera llegamos a Llancá sin incidentes mayores. Se incorporó Mario al grupo y hemos hecho una cena muy agradable con Jose Luis, nuestro transportista providencial y nuestro Ángel de la Guarda en el peaje de Llodio, en una pizzería enfrente de la playa. El mar está como un plato y esperamos botar el barco mañana a primera hora. Anuncian lluvia y a lo mejor nos toca hacer la maniobra a remojo. Pero de todas todas que el Corto Maltés vuelve mañana a su elemento. Esta pasada por tierra no le ha venido muy bien.
Hola
ResponderEliminarvaya aventura¡¡¡
Un comienzo dificil augura un viaje apasionante¡¡¡
Os seguiré con mucha envidia
Paz