Hola navegantes.
Hoy amaneció un día gris y lluvioso como si no hubiéramos salido de Cantabria. Por eso pasamos la primera mitad de la mañana encerrados en el barco. Al ir a por el pan vimos que donde nos habían recomendado quedarnos el día anterior estaba lleno, cada 10 o 20 metros, de un cartelito de "prohibido amarrar". Estábamos en el Canale Burlamaca, y toda la orilla estaba llena de barcos. Y no solo eso, algunos, como los de la foto, ¿sabéis para qué han usado el del cartel de prohibido amarrar?. Pues eso, para amarrarse. Fijaos en la penúltima foto.
Aprovechamos una escampada para salir, renunciando a visitar a fondo la ciudad. La navegación ha sido ambivalente, porque nos han caído 3 o 4 chubascos de los duros, los que sueltan agua con furia, pero el resto del tiempo ha hecho un viento maravilloso del Sureste que nos ha permitido venir a vela, ciñendo pero a rumbo directo, hasta Livorno. En total 24 millas en seis horas.
Al salir de uno de los chubascos nos dimos cuenta de que nos habíamos metido un campo de tiro militar. Con los nervios y la precipitación del control las velas y de protegernos de la lluvia, no habíamos estudiado el plóter con detalle y, como os digo, nos metimos en el campo de tiro. Enseguida dimos media vuelta. Más tarde vimos otro velero atravesándolo en diagonal o sea que probablemente no iban a disparar, pero el susto ¡vaya si nos le llevamos!.
Al llegar a Livorno no nos contestaban los de la marina por el canal 9 ni por el 16. Un marinero que nos vio nos hizo señas para que le siguiéramos a uno de los pantalanes. Cuando casi estábamos dentro nos preguntó que si eramos de "la regata". Al decir que no nos dijo que entonces nos teníamos que ir, que no tenían sitio para nosotros en todo el puerto. Al parecer están esperando a unos 200 barcos para una regata a Córcega y todas las plazas libres están reservadas para ellos. De momento hoy nos hemos quedado en el pantalán de la gasolinera y mañana intentaremos resolverlo.
En el puerto hay amarrados 3 barcos clásicos, entre ellos el Palinuro, el buque escuela italiano, como el Juan Sebastián Elcano español. En la última foto podéis verle al fondo del muelle. Mañana iremos a conocer Livorno y a cuestiones de intendencia, y pasado mañana se despide Nacho y se incorpora Ana, con la que iré a la isla de Elba.
Hasta mañana navegantes.
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