Hola navegantes.
Yo no sé lo que algunos estarán pensando al comprarse un barco, los sueños que quieren realizar o lo que quieren demostrar a los demás. Pero hay que ser raro para sucumbir al embrujo de esta máquina:
¡Y más raro para pagar por ella 1.827.000 euros!.
Ya sé que es una cuestión de gustos y que a veces el gusto de los demás nos resulta incomprensible, pero si a mí me hicieran pasar unos meses dentro de esos ambientes me daría un lloro persistente y no podría ni conciliar el sueño. Y mucho menos concentrarme en los problemas de la navegación, obsesionado como estaría en que no me timaran en cada escala y en cada reparación. Imaginaos la mordida de unos funcionarios poco escrupulosos que se sientan en esa mesa de cartas para revisar tus papeles al llegar a un país nuevo, o la factura de un mecánico que pasa por ese salón para acceder al motor.
Con cuidado, navegantes.
Como para dar la vuelta al mundo en él!
ResponderEliminar