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viernes, 21 de abril de 2023

Santander-Londres: los puntos negros 2) las barras de los ríos.

 Hola navegantes.

El segundo punto negro de la navegación a Londres serán las barras de los ríos. Son los bancos de arena que se forman en la desembocadura, en los que disminuye la profundidad y cambian constantemente. Como vamos a meternos en varios ríos serán una amenaza permanente. Una barra se forma por la oposición de la fuerza del mar, representada por las olas de mar de fondo y la marea creciente, y la fuerza de la corriente del río, de dirección contraria. Allí se producen constantemente remolinos que hacen depositarse la arena, y lo mismo ocurre en los puertos situados cerca de la desembocadura. La barra hace que en bajamar la entrada pierda mucha profundidad y hasta se seque, a media marea (cuando queda cubierta) hace que las olas rompan sobre ella, y sólo en pleamar y con poca ola se puede pasar por encima. A veces dejan un canal de entrada permeable que debe estar balizado, pero aún así existe riesgo pues cada temporal puede variar el trayecto del paso, y no siempre el balizamiento está  actualizado.

Los errores a evitar:
  • Intentar pasar una barra sin conocer el lugar y sin pedir ayuda. Lo más lógico es dirigirse por VHF al faro local para conocer las condiciones del paso, si han cambiado en los últimos temporales, si el balizamiento está actualizado, en resumen, si es seguro entrar con las condiciones del momento. Si eres muy confiado también puedes seguir a un barco local que esté entrando, pero yo no lo aconsejo porque su calado puede ser mucho menor que el del velero.
  • No tener en cuenta el valle de la ola para descontarlo de calado. Si una barra tiene dos metros de calado en el momento en que nos presentamos frente a ella, y el mar de fondo son olas de 1 metro, en el valle de la ola el calado es medio metro menos (sólo de 1,5 metros) y el barco puede clavar la quilla en el fondo.
  • Arriesgarse a pasar con viento fuerte. En este caso se formarán olas rompientes peligrosas en los bajos fondos.
  • Arriesgarse a pasar en el momento en que las fuerzas que se oponen son más fuertes, lo que suele ocurrir al final de la bajamar y con viento hacia tierra (la corriente del río más la marea vaciante contra el mar de fondo y el viento). Además es cuando el calado es menor, y con más probabilidad las olas serán rompientes.
  • Intentar dar media vuelta en mitad del paso con olas rompientes. Una vez afrontado hay que tirar para dentro pase lo que pase, porque dar media vuelta con rompientes conduce casi irremisiblemente al vuelco.

Hay que tener en cuenta que también existe lo que se llama el "efecto barra" que es la aparición de olas rompientes en sitios sin una barra física de arena que produzca un bajo fondo, y que se debe sólo al enfrentamiento de dos corrientes de agua: la que baja del río y la que viene del mar empujada por la marea creciente y el mar de fondo. Es lo que nos encontramos en la vuelta a España en la desembocadura del Guadalquivir (clic aquí). En este artículo explicamos bien lo que nos pasó, la diferencia entre una ola redonda y una rompiente de las que se forman en las barras, y el peligro de éstas últimas.

Las principales barras que nos encontraremos en la navegación a Londres serán: 

  • Capbreton. Es la desembocadura de 3 ríos juntos, el Boudigau, el Bouret y el canal que drena el Lago Hossegor. Es tan peligroso que siempre que puedo lo evito y paso de largo, aunque eso transforma la siguiente etapa en 100 millas hasta Arcachon o 165 hasta la desembocadura del Garona, y eso suponiendo que esos puertos sean accesibles, lo que nos obliga a pasar una o dos noches en el mar. Y las distancias que os he dicho son en línea recta, si hay que dar bordos se duplican o triplican.

 Muchos de los vídeos cataclísmicos de YouTube de barcos entrando o saliendo de puerto están grabados aquí. Pero tranquilos, que han puesto a mitad del paso, a babor, una estatua de La Virgen para ayudarte a espantar a Leviatán. Su entrada cala sólo de 0,1 a 0,4 metros en bajamar (obviamente hay que entrar en pleamar) y suele tener rompientes. Y como las condiciones de paso son tan justas, es bastante probable que entres con dificultad y luego no puedas salir el día siguiente, lo que ya nos ocurrió una vez.

  • La Rance. Es el río a donde abocan los canales que cogeremos para atajar el Finisterre francés, y desemboca en el Canal de la Mancha cerca de Saint Malo. Aparte de la curiosidad de que ese río está frenado por una presa mareomotriz de la que os hablaré otro día, como veis en la foto su desembocadura es una gincana entre cientos de boyas cardinales y laterales verdes y rojas, que balizan los canales navegables entre los arenales. Un tripulante tiene que ir con los prismáticos para reconocerlas con tiempo y dictar las instrucciones al timonel.

  • Le Havre. Es la desembocadura del Sena en el Canal de la Mancha. El puerto de Le Havre es el tercero más grande de Europa y podéis ver en la carta los enormes arenales y la multitud de boyas que lo adornan:

 Los arenales de su desembocadura producían hasta los años 60 el fenómeno conocido como "Mascaret". Consiste en una ola (a veces una sola) que recorría el Sena a partir de su desembocadura, durante unas decenas de millas hacia río arriba. Se producía por la acción de la marea creciente al penetrar las aguas marinas sobre las fluviales y sobre los arenales. Esa ola, de 2 metros de altura, era rompiente debido a los arenales, y constituía una atracción turística, acudiendo gente de toda la región a contemplarla. Afortunadamente hoy el "Mascaret" ha desaparecido, debido a los grandes trabajos de infraestructuras (muros portuarios, dragados que han aumentado la profundidad, etc.) pero sigue quedando en las grandes mareas una subida y bajada exageradas del mar, que aunque no produce una ola rompiente como antes sí puede hacerte varar en los arenales de la desembocadura. En las siguientes 2 fotos, del año 1900 y de la actualidad, podéis ver la diferencia y comprender cómo se metía la ola de "Mascaret" río arriba.

 

Aunque os he citado estos tres como los más significativos, todos los ríos que desembocan en el Atlántico francés o el Canal de la Mancha tienen barras en su desembocadura debido a las grandes mareas, que dejan descubrir, o casi, los fondos en bajamar. Hay que tener precaución con todos ellos y estudiar bien su calado y el horario de las mareas.

Con cuidado, navegantes.

2 comentarios:

  1. Indiscutiblemente que te será toda una "carrera de obstáculos", Le Haré lo conozco de mi época en la marina mercante, aunque supongo habrá cambiado mucho (40 años), y de Cap Bretón he visto decenas de vídeos impresionantes, pero llevándolo todo programado, como veo que haces, habrá sorpresas, pero no por imprevision

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  2. El video del velero que vuelva creo que es en Capbreton.

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