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sábado, 10 de abril de 2021

Renovar la pirotecnia y engrasar los winchies.

Hola navegantes.

Todos los barcos tienen obligación de llevar algunas bengalas u otra pirotecnia para señalarse en el mar en caso de necesitar auxilio. El Corto Maltés debe llevar 6 bengalas, 6 cohetes con paracaídas y un bote de humo.

No he encontrado datos de España, pero en Francia se venden cada año 258.000 piezas, lo que equivale a 63 toneladas de pólvora, una cantidad en la que da miedo pensar porque podría servir para empezar una guerra. A nadie le gusta tener que llevar esa bomba de relojería a bordo, pero de momento lo manda la ley y no se ha autorizado sustituir la pirotecnia por aparatos de pilas, por ejemplo. Se ha demostrado que los aparatos de pilas duran mucho más, pero su intensidad luminosa es infinitamente menor, por lo que de momento no se han homologado.Y las multas son cuantiosas, tanto por no llevarlas como por llevarlas caducadas, que se considera un riesgo específico y por eso se penaliza. Concretamente, por llevarlas caducadas son 1.500 euros.

La pirotecnia suele tener una caducidad de 4 años. Cada elemento lleva impreso el mes y año de caducidad, entendiéndose que sirven hasta el último día de ese mes.  A mí me caducaba en abril y he tenido que renovarla.

 

 Hasta hace pocos años no existía una norma específica para la recogida de las caducadas, y cada uno se arreglaba como podía. Algunos las usaban poco antes de caducar, en un sitio seguro, para aprender su manejo o enseñárselo a sus tripulantes. Aunque el riesgo es mínimo, sólo faltaría que una defectuosa provocara un accidente sin necesidad. Otros las entregaban en los puntos de venta, donde se almacenaban indefinidamente (otro peligro). Y los más desaprensivos las tiraban a la basura o al mar. Actualmente el vendedor tiene obligación de recoger las caducadas al vender las nuevas. Si son del mismo fabricante no suelen cobrar, y si son de otro fabricante se cobra una pequeña tasa (a mí me han cobrado 0,41 euros por cada bengala) por su recogida segura para devolverla a un sitio de reciclado, donde se procede a su eliminación o "inertización". Por supuesto se recogen y almacenan en recipientes blindados, y por empresas homologadas, para evitar cualquier riesgo para las personas.

También hemos aprovechado estos días para engrasar y revisar los winchies, ya que el de babor se había trabado. 

 

Se había roto el  muelle de uno de los trinquetes o "perrillos", que son las piececitas que hacen que el winchie sólo pueda girar en una dirección. Cualquier mantenimiento del winchie es guarro, guarro, y en este bricolaje la blancura de la cubierta tiene derecho a tanta consideración como un erizo en la autopista. El winchie está lleno de una grasa consistente vieja y de color negro, que hay que limpiar con disolvente hasta dejarlo impoluto, para a continuación volver a embadurnarlo con la misma grasa consistente negra. Ya os imagináis cómo queda la bañera. Hay que dedicar después tanto tiempo a limpiarla como se ha dedicado al winchie.

 Pero hemos resuelto el bloqueo que tenía, y es otro problema evitado en el viaje a Italia. Además me ha servido para comprar un repuesto de muelles y trinquetes, por si me falla otro winchie durante la travesía.

Con cuidado, navegantes.

1 comentario:

  1. También me toca cambiar bengalas este abril, desconocía que son válidas hasta el final de mes marcado.

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