(largas travesías en un modesto velero de 6 metros, y otras menudencias).
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martes, 11 de febrero de 2020
Barcos volando en el estrecho de Mesina.
Hola navegantes.
Una de las cosas más curiosas que esperamos observar en la navegación de la vuelta a Italia son los "espejismos superiores" del estrecho de Mesina, que te hacen ver cosas alucinantes e inexistentes, como barcos voladores u olas de tsunami.
También se llaman "Fata Morgana" (del italiano: hada Morgana), en referencia a la hermanastra del Rey Arturo que, según la leyenda, era un hada cambiante. Es un espejismo o ilusión óptica debido a una inversión de temperatura. Objetos que se encuentran en el horizonte como, por ejemplo, islas, acantilados o barcos adquieren una apariencia alargada y elevada.
El efecto es justo el contrario al de los espejismos del desierto o de las carreteras calentadas por el sol, donde vemos charcos en el suelo, y que se llaman "espejismos inferiores". En éstos, el calor del sol genera una capa de aire más caliente pegada al suelo, bajo una capa de aire frío a unos metros de altura. Estas capas hacen que la luz se refracte con distinto ángulo y vemos debajo de los coches la luz del cielo refractada, que parece un charco. Es el cielo el que ha "bajado".
En el Fata Morgana las condiciones meteorológicas provocan lo contrario, que una capa de aire frío quede pegada al mar o al suelo, y sobre ella se sitúe una capa de aire caliente. En este caso la refracción de las imágenes es al revés, hacia arriba, y son los objetos los que han "subido".
Si estamos en el mar veremos a los barcos levitando, y si estamos cerca de una ciudad podemos llegar a ver una fila de edificios en el aire.
Esta separación del aire en capas se produce con el tiempo en calma, porque el aire frío (más denso) queda más cerca de la superficie terrestre o marítima sin ser dispersado por el viento. En los casos más extremos puede actuar como una lente refractante potente e invertir la imagen (como cuando se mira a la lejanía con una lupa). En estos casos los barcos se ven, además de levitando, en posición invertida, con las velas abajo y el casco arriba.
Por alguna extraña razón que no he conseguido aclarar, los Fata Morgana son especialmente frecuentes en el estrecho de Mesina, entre Sicilia y el continente. Suelen ser visibles por la mañana, después de una noche fría, y en condiciones meteorológicas de estabilidad. Ya os imagináis los madrugones que nos vamos a dar Mario y yo cuando naveguemos por el estrecho de Mesina (si llegamos allí) para intentar ver alguno.
Y por cierto, la sangre fría que vamos a tener que mantener, porque a veces lo que se ve deformada y alargada es la propia línea del horizonte, toda entera, y entonces lo que parece es que te viene una ola de tsunami de varios metros de altura:
Imaginaos el susto de madrugada viendo eso.
Con cuidado, navegantes.
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