Hola navegantes.
Os parecerá mentira pero os juro que es verdad. Hoy nos levantamos a las 5:15 para pasar la esclusa del Ródano en su primera apertura, y el motor se negaba a arrancar. Como era de noche pude comprobar bien la chispa la bujía y comprobar que en muchos de los intentos no chispeaba. Por si fuera poco, al sacar la bujía se rompió como si fuera de cáscara de huevo. Así que con la luz del frontal nos pusimos a cambiar la bobina y la bujía a las 6 de la mañana. Con todo cambiado arrancó bien y suponemos que el calentón había afectado también a la bobina. Ahora voy con un motor prácticamente nuevo gracias a los recambios que trajo Ana, que los hemos utilizado todos. Sólo queda del anterior la carcasa y la mala leche. A ver si ya está domesticado. Para los navegantes a vela el motor es como un mal necesario, pero un mal al fin y al cabo, y nos defendemos peor con él que con las velas.
Pasamos la esclusa en la segunda apertura, la de las 8.45. En las fotos creo que se nota nuestra cara de satisfacción, porque ya nos veíamos como el protagonista de "Atrapado en el tiempo" sin poder salir de Port Saint Louis. Y luego nos hemos tragado dos etapas en un solo día, 40 millas bajo la canícula. Porque, naturalmente, el Halte Nautique que nos dijo la empleada de VNF en Arlés no existía y tuvimos que seguir adelante, como tampoco existía uno que menciona la guía Imray. Pero eso si, el motor ha aguantado sin ningún problema.
La mañana la dedicamos a remontar el Ródano. No es muy atractivo, un río enorme, casi un kilómetro de ancho, con orillas de vegetación baja y cruzando algunos mercantes y ferries. Sin embargo veleros sólo vimos dos. Y contra una corriente de 1 o 2 nudos. Llegamos a Arlés a la hora de comer, pero, como esperábamos, allí no hay donde quedarse con un barco. Vimos los restos de un antiguo puente, coronados con dos leones, suponemos que se perdió en un bombardeo. Los restos son patéticos, porque han quedado con toda su grandilocuencia en mitad de un descampado. En conjunto nos ha parecido que Ródano no es agradable para remontarlo por placer, aunque sea útil para bajar los barcos de Europa del norte al Mediterráneo.
En Arlés tomamos a la izquierda el Pequeño Ródano, una bifurcación que desemboca en Saints Maries de la Mer, el pueblo de la patrona de los gitanos que os conté a la ida. Es más pequeño y atractivo, y además ahora la corriente la llevábamos a favor. Pero hay que ir muy atento al canal balizado, porque por fuera está lleno tablestacas que hacen paredes oblicuas semisumergidas, con el objetivo de que los sedimentos que arrastra el río se depositen en las orillas en vez de erosionarlas.
Como ya estamos en los ríos, se aplican las normas y señales fluviales, las que habilita el CEVNI. Por ejemplo, llegamos a un puente con dos vanos iguales. ¿Por cuál pasar?. El cuerpo te pide que por el de la derecha. Pues hazlo y el barco se queda allí para el descanso eterno. La señal de los dos triángulos rojos y blancos indica pasar sólo por la zona incluida entre las dos mitades blancas, en este caso por el vano de la izquierda. En otro estaba lleno de rocas.
A las 19 h. pasamos la esclusa de Saint Gilles, la que da acceso al canal que comunica con el de Midi. Se podría seguir más por el Pequeño Ródano pero ya tiene sólo un calado de un metro y muy variable. La foto de la esclusa (nosotros solos en esa cubeta enorme, y a mediados de julio) os da idea de lo que ha decaído la vela de travesías. Y después nos hemos venido al pueblo de Saint Gilles. Vamos a dormir en un recodo a pocos metros del pueblo, y mañana iremos a conocerlo. Ventajas del canal, te puedes quedar a dormir donde quieras y es gratis.
Y para terminar, un invento para tener agua fría a pesar de la canícula. Se mete en una bolsa de tela y a la sombra, y se la va mojando continuamente, que nunca se seque. La evaporación del agua enfría la botella, igual que nos enfriamos nosotros cuando nos mojamos y nos dejamos secar al aire.
Hasta mañana navegantes.
Tus lectores asiduos entre los que me encuentro, estábamos desolados ante la posibilidad de que se acabara el viaje y.... las crónicas, asi que ahora encidas todas las innumerables dificultades, tan contentos y esperando que disfrutéis de la navegación fluvial y disfrutar nosotros de tus crónicas.
ResponderEliminarHiginio
Gracias Higinio. Pues imagínate nosotros cómo estamos. Esta era, junto con la isla de Elba, la parte del viaje más esperada. Un saludo.
ResponderEliminarEnhorabuena!
ResponderEliminarEn cuanto al sistema del agua es muy buena variante del clasico botijo
Eduardo