Hola navegantes.
Hoy sí, hoy damos por terminada la navegación a Londres con la vuelta del Corto Maltés a Puerto Chico. Después de conseguir dormir algo pese al chunda chunda de los bares del puerto, salimos Lucas y yo de Laredo a las 9 h, y se cumplió el pronóstico. Una mañana sin apenas viento, hasta el Cabo de Ajo, y a partir de allí un vientecito del Norte al Nordeste que nos permitió llegar a Santander con el espí.
La primera parte, a motor, nos permitió comprobar que el fueraborda va flaman, y la segunda parte, con el espí, nos permitió relajarnos para disfrutar de la entrada a nuestra bahía, que abandonamos hace 3 meses. No es por chovinismo, pero os prometo que en todo el viaje no he visto un paisaje tan bonito y relajante como este de Santander, aunque hay que reconocer que todo acompañaba para que la bahía estuviera preciosa: el cielo casi sin nubes, el mar azul y lleno de perlitas, la arena del Puntal y las montañas del fondo, y un sol resplandeciente como un as de oros.
Una vuelta proclive a las filosofadas. ¡Quién nos iba a decir hace 3 meses, cuando salimos de esta misma bahía con dirección al Este, que llegaríamos a Londres con este "velerito" (como le llamaban en las esclusas de Bretaña) y teniendo que superar tantos obstáculos derivados de la inmadurez humana y de la meteorología!. Pero eso lo dejo para otro día. Mañana haré una evaluación y resumen del viaje, y otro día os contaré mis propias conclusiones personales, pero eso cuando lo haya reposado un poco.
En la entrada de la bahía nos estaba esperando mi amigo David ("The low cost sailor") con su velero, el Sayme, quien nos hizo una fotos para inmortalizar el momento.
Y en la entrada de Puerto Chico otro seguidor del blog, Víctor, que nos las hizo más de cerca. Gracias a los dos.
Con cuidado, navegantes.
¡ENHORABUENA! ¡BRAVO! ¡INCREIBLE!, Un abrazo.
ResponderEliminarde Daniel, uno de tus tripulantes que admira lo conseguido.
ResponderEliminar