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viernes, 28 de febrero de 2020

Otro de 81 años.

Hola navegantes.

Hace pocos días os conté la historia de Bill Hatfield, el australiano que había finalizado la vuelta al mundo con 81 años (ver entrada de 24-2-20). Pues igual le dura poco el récord.

En efecto, hay otro australiano, Jon Sanders, que salió el 3 de noviembre de 2019 con su velero de 10 metros de eslora, el "Perie Banou II", de Freemantle, al este de Australia, con el mismo objetivo. Tiene 81 años, o sea que es posible que finalice la vuelta al mundo con 82.



Hay quien dice que la única diferencia entre la cárcel y el barco es que en el barco, además, te puedes ahogar. No creo que Jon comparta esta idea. A diferencia de Bill, Jon Sanders es un veterano aventurero de los mares. Fijaos qué curriculum: ésta va a ser su undécima vuelta al mundo. En su juventud batió varios récords de vela oceánica. Fue el primero que, en solitario, dio dos vueltas al mundo seguidas en el mismo viaje y sin escalas, en los años 1981-82, convirtiéndose en el hombre que aguantó el periodo más largo solo en un viaje en el mar: 419 días, 22 horas y 10 minutos. Fue el primero que pasó por los cinco cabos más al Sur del mundo dos veces en un mismo viaje. Más adelante batió su propio récord. El 25-5-1986 soltó amarras para completar una triple vuelta al mundo y no regresó a la costa hasta el 13-3-1988. Pasó 658 días y 71.000 millas solo en el mar.  En la madurez dio cuatro vueltas más al planeta pero esta vez deteniéndose en todos los sitios que le apetecía. Compensaba así las carencias que señalan todos los que hacen una circunnavegación sin escalas: que vuelven a casa sin haber conocido nada ni a nadie. Y algún récord más. Por cierto, el récord de permanencia en el mar lo superó el norteamericano Reid Stowe, que lo consiguió entre 2007 y 2010 permaneciendo 1.152 días; lo conté en la entrada del 13-3-18.

En la foto, el  "Perie Banou II":

 
Cuando Jon acabó su décima vuelta al mundo, en 2016, dice que se prometió a sí mismo que había sido la última. Pero a pesar de sus años ha encontrado una motivación para la undécima, y es aprovechar su prestigio para sensibilizar contra la contaminación de plásticos del Océano. Es una de las mayores y más inminentes amenazas para la salud y el medio ambiente. Los desechos plásticos representan hasta el 95 por ciento de la contaminación marina, que no comprende sólo elementos visibles, como redes, bolsas de supermercado o envases de un solo uso, sino también los microplásticos que se liberan directamente al medio ambiente o se crean por la fragmentación de los más grandes, y que son los peores porque los ingieren los peces y se incorporan a la cadena alimentaria. En la mejor de las estimaciones, se calcula que para 2025 habrá en el mar una tonelada de plástico por cada tres de peces o, lo que es lo mismo, 600 bolsas de plástico por cada 10 kilos de pescado. Y para 2050 habrá más plástico que peces.
 
Para combatir este problema recurrió a Jon la Fundación Minderoo, una entidad australiana que lucha contra diversos problemas ecológicos, no sólo los del mar, y Jon (que reconoció en una entrevista "en tierra no sé qué hacer; es más fuerte que yo, necesito volver al mar") no pudo negarse.


Su objetivo actual es, pues, recorrer de nuevo el planeta para fomentar la conservación de los mares y estudiar cómo los plásticos están acabando con ecosistemas locales y afectando a la globalidad del océano. Durante el trayecto está recogiendo muestras de agua de las distintas zonas que atraviesa, y en las escalas se las envía a la Universidad de Curtin (Bentley, Australia) para que las analicen y estudien los efectos reales de los plásticos y microplásticos. Respecto a la ruta, igual que Bill Hatfield, Jon intentará esta vuelta al mundo de Este a Oeste pero esta vez sin pasar por el Cabo de Hornos, porque del Atlántico al Pacífico pasará por el Canal de Panamá.



En esta ocasión Jon no pretende a batir ningún récord, aunque si la finaliza a lo mejor consigue involuntariamente el de ser la persona más mayor que da la vuelta al mundo, con 82 años. Y si no la finaliza, como dicen los argentinos, habrá fracasado con rotundo éxito.

Os recomiendo este artículo, "Un  océano dominado por las arrugas", donde habla de la gente mayor que no sólo navega sino que bate récords que los más jóvenes ni siquiera se atreven a intentar, incluyendo a la italiana Angela Besana Gagliardi, que con 100 años y 4 meses, continúa regateando:

Clic aquí.

 

Con cuidado, navegantes.

1 comentario:

  1. Impresionante, a ver si la prejubilacion, la pension y la salud nos lo permiten hacer a nosotros.

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