Hola navegantes.
Anoche en el Club Náutico Izkiro, de Pasajes, dormimos bien a pesar de los pronósticos. Se esperaban de madrugada vientos del Sur de fuerza 5 con rachas de 6 y nosotros estábamos al costado Sur del pantalán. Nos habíamos puesto en lo peor, imaginándonos las olas que se forman en la bahía der Santander cuando sopla el Sur, empujándonos y chocándonos contra el pantalán. Habíamos reforzado las amarras y colocado todas las defensas disponibles en el lado del pantalán:
Pero al final sólo hubo un poco de movimiento a eso de las 5 de la madrugada, que lo único que hizo fue hacernos abrir un ojo ante el meneito, para salir a revisarlo todo y seguir durmiendo. No fue para tanto.
Salimos de Pasajes a las 9 despidiéndonos de sus preciosas casitas en el borde del mar y de su famoso semáforo, erguido en lo alto del acantilado:
Empezamos la ruta con llovizna y viento fuerte del Sur que nos vino fenomenal. Como las montañas desventan la superficie del mar no había olas, y con la mayor y el génova desplegados enteros hacíamos 5-6 nudos con facilidad y con el barco muy bien templado. A mitad de la travesía el viento decayó y desapareció del todo debiendo hacer unas millas a motor, y finalmente reapareció de la dirección diametralmente opuesta, del Norte, lo que nos permitió llegar al Cabo Higuer, el anterior a Hondarribia y a la frontera francesa, ciñendo a toda vela. La etapa era cortita y entramos en el puerto de Hondarribia antes de comer.
Aquí el recibimiento ha sido de lujo. Mañana presentamos el libro "Carpe Dierm. Vela solidaria en Santander" en sus instalaciones, y nos han invitado no sólo a la estancia del barco en el puerto, sino que nos han dado libre acceso a las instalaciones del Club Náutico, donde hay cocina, frigorífico, mesas, salón de TV, aseos y duchas, wifi, etc. Más de lo que creemos merecer y un trato al que no estamos acostumbrados en nuestro deambular por la costa española. Gracias chicos, se nos han quedado los ojos como el dos de oros.
Por la tarde habíamos quedado con el taller Náutica Hiruarri, del puerto, para la revisión y engrase del fueraborda, de cara a llevarle fuera de toda sospecha para las etapas larquísimas de Las Landas, donde si nos quedamos sin viento tendremos que hacer 140 millas a motor. Además hemos comprado un bidón de repuesto para sustituir al que se pinchó ayer, y el pabellón de cortesía de Francia para toda la navegación por sus costas. Por otro lado hoy ha desembarcado Luis y el fin de semana embarcará la nueva truipulación, que iréis conociendo en los dias sucesivos.
Hasta mañana navegantes.
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