Hola navegantes.
Cantabria es una tierra que puede presumir de una gran colección de formas de llover:
- De arriba abajo, la más vulgar.
- De lado, cuando el viento gallego (del Oeste) arrastra el agua de la lluvia que le acompaña hacia el Este. Aquí el paraguas no sirve para nada.
- De abajo arriba, la más original, cuando llueve
con fuerza sobre el mar o los charcos, y las salpicaduras suben desde el suelo o desde el mar y te mojan desde abajo.
- En suspensión
en el aire, el chirimiri, con gotas tan finas que no caen al suelo y que llamamos "calabobos" porque te crees que no moja, y deja empapados a los novatos.
- La de la niebla que se licúa; ocurre cuando vas navegando, la niebla se invita a la fiesta y sólo notas que estás mojado si te desplazas con el barco y porque ves gotear las gafas.
- La invisible que se condensa en la
vela mayor y sólo llueve bajo la botavara, por donde escurre, pero no en otras partes del barco. Ocurre aunque no haya niebla.
- La de agua salada, la más original; es agua que se levanta del mar en las trombas marinas y luego vuelve a caer.
- En invierno el aguanieve, cuando la precipitación en forma de nieve encuentra cerca del suelo una temperatura por encima de cero, el copo se derrite y nos cae con una forma intermedia entre la lluvia y la nevada.
- La de barro o polvo rojo, por calimas que vienen desde el Sahara y atraviesan toda la península, y al llegar a Cantabria la lluvia la deposita. Ha ocurrido ayer y me encontré el barco así:
Finalmente, la que no he visto nunca es la lluvia de ranas o de otros animalitos. Ocurre cuando un tornado o una tromba marina pasa por una zona pantanosa o una marisma y absorbe hacia la estratosfera a los pequeños animalitos (sobre todo ranas, pero también renacuajos, salamandras, etc) y al terminar el fenómeno se caen por su peso. Cuando la causa es una tromba marina lo que llueven son peces. Ha ocurrido varias veces en la historia, sobre todo de ranas, y fue muy comentada la de la película "Magnolia". Ahora se sabe su explicación científica, pero en la antigüedad se atribuyó a las causas más peregrinas, desde castigos de Dios hasta extraterrestres que se llevaban animalitos y tenían que soltar lastre. Curiosamente muchas veces las ranas caen congeladas, porque han ascendido hasta alturas bajo cero, y muchas reviven al caer al suelo.
Cantabria es una tierra sorprendente. En entradas anteriores os he enseñado delfines, ballenas, manta rayas, tiburones y focas en la bahía, y jabalíes en la playa. Ahora hay ganaderos que crían llamas, búfalos o avestruces, y te los encuentras en el monte en las excursiones. De pequeño vi una cierva que se escapó de la península de la Magdalena y cruzó la bahía nadando hasta Pedreña. En una nevada he visto a un zorro dejarse dar de comer como si fuera un perro. Un hipopótamo se escapó de Cabárceno y apareció en un pueblo cercano manso como una vaca. Un particular tenía dos leones en su jardín cerca de la Presa de Heras y al subir al Pico Solares oías sus rugidos como si estuvieras subiendo el Kilimanjaro. No os sorprenda si algún día os cuento una lluvia de ranas, para terminar la colección.
Con cuidado, navegantes.
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