San Remo fue nuestra entrada en Italia y nuestro primer contacto con las marinas y las costumbre de este pais. Entramos forzados por un aviso de temporal de fuerza 8 radiado cada 15 minutos, que nos obligó a acortar una etrapa que habíamos empezado bastante bien, con un fuerte viento del Oeste que nos llevaba a 6 nudos sólo con el génova. La entrada a puerto fue bajo una granizada ¡a finales de mayo!. Y las costumbres italianas fueron de cobrar mucho y dar pocos servicios. Preguntamos a la Guardia Costera la posibilidad de amarrar en los muelles sin entrar en las marinas y nos dijeron que todos los puertos tienen que tener una "banquina di tránsito" o muelle de paso, gratuito 3 días, pero que en la realidad muchos no lo cumplen. A partir de entonces siempre preguntábamos por la banquina di tránsito antes de entrar en la marina, y en los puertos que la tenían la utilizamos.
En mi opinión, y puedo estar equivocado, San Remo tiene una fama que no se merece. Tiene el casino y un santuario en lo alto de una colina al que se llega por una larga calle con tramos de escaleras, con el suelo empedrado y bajo arcos que unen las casas de ambos lados de la calle. Muchos megayates y nada más. Allí pusimos la bandera de cortesía italiana y seguimos pasando frío por la noche.
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