Hoy hemos ido con nuestros anfitriones en Vigo (Silvia, Jorge, Víctor y Pilar) a las Islas Cíes (incluida San Martiño). Ha hecho un día fabuloso y el fondeadero estaba vacío (ventajas de la temporada baja). Pedimos el correspondiente permiso por Internet gracias a la tecnología de Luis, aunque no nos parece un procedimiento muy accesible puesto que la mayoría de los barcos no tienen Internet. Pero lo que está claro es que por teléfono no admiten las peticiones. Eso sí, por Internet es sencillo y contestan de inmediato.
Luego el permiso no te lo piden "in situ" pero nos han dicho que te controlan desde lejos con los prismáticos y si no tienes el permiso te mandan la multa a casa.
Desembarcamos en el pantalán de los barcos turísticos. En las Cíes admiten el mayor número de visitantes de todas las islas de la reserva y hay líneas regulares como en Santander las Pedreñeras. Pero el pantalán hay que dejarle libre y dejamos el barco fondeado, estrenando el sistema de la tabla de surf para llegar a tierra desde el fondeo. Por cierto, el otro día se nos olvidó el cuarto sistema de transporte ecológico que utilizamos, y aquí ponemos la foto actualizada.
Dedicamos la mañana a una excursión al faro del extremo N de la isla. Tiene 3 faros, el principal ya le conocíamos de viajes anteriores. Por el camino vimos nidos de gaviota como los de Mouro, y paisajes preciosos como los que os enseñamos:
Después de comer fuimos a la Isla de San Martiño. Esta no tiene acceso en línea regular y sólo se puede llegar en barcos particulares. Sólo tiene un muelle recién hecho, al que no fuimos por desconocer sus características de acceso ya que no estaba en la cartografía. De todas formas está lejos de la playa. Así que fuimos a fondear frente a la playa y se bañaron las y los más valientes. Después volvinos a Vigo prácticamente a motor porque cayó el viento.
Aquí estamos todo el grupo en el muelle de las Cíes.
En conclusión, cuando en Galicia hace sol, las Rías Bajas son como el Caribe.
¡Qué envidia, para los que aún estamos terminando el curso! Desde Madrid os seguimos con asombro. Muchos besos para Ana.
ResponderEliminarCharo.