Visitas al blog:

martes, 9 de diciembre de 2025

Los separadores de mi cuaderno de bitácora (8).

Hola navegantes. 

 Después de un cambio de planes forzado por un pronóstico de una semana de mistral que nos impediría navegar, entramos en el Continente por el río Ródano y dos días después llegamos a la esclusa de Saint Gilles, la que une el río con los canales. Es la más grande que afrontamos en la navegación de este verano y volvimos a pasarla solos. La imagen del Corto Maltés allí dentro, un barquito de seis metros solo en una esclusa de más de doscientos, y a finales de julio, os puede dar idea de lo que ha decaído la navegación fluvial.

A partir de ahí empezamos a navegar por encima de algo que, en vez de agua, parecía un guiso. El típico color marrón del agua con sedimentos de los canales. Ana y yo íbamos superanimados porque ya faltaba poco para que se incorporara el grumetillo y nos acompañase una semana por los canales. Con cuatro años iba a ser su primer viaje en velero, y no queríamos que fuera por el mar para correr menos riesgos. En el cuaderno de bitácora había un separador en el que se veía a un niño montando en un triciclo y llevando a remolque un velero encima de un carrito. Estaba con el cuerpo girado para atrás, mirando su barquito. No pude resistirme a añadir una nube saliendo de su cabeza en la que ponía:

-Dentro de poco voy al de verdad.


  Era cierto, en menos de dos semanas, si no había nuevos incidentes, seríamos tres a bordo.

Con cuidado, navegantes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios son bienvenidos.