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miércoles, 21 de febrero de 2024

Horno y calefacción, 2 en 1.

Hola navegantes. 

 En la navegación a Londres el "verano" de 2023 pasamos mucho, mucho frío, y estuvimos inmovilizados por temporales  muchos, muchos días. Las largas horas en la pequeña camareta del Corto Maltés con la ropa mojada y el ambiente húmedo eran insufribles. Aunque es agradable estar a solas con tu pareja en el barco, escuchando tranquilamente el humo de sus pensamientos, el frío y la humedad le quitan mucho romanticismo. Y nuestra pequeña cocinita (un simple fuego de camping-gas) no nos permitía grandes variaciones culinarias.

Para intentar resolverlo hemos comprado uno de los hornos eléctricos más pequeños del mercado, concretamente el Bastilipo Turin Blak, de 9 litros. Su pequeño tamaño nos permite estibarlo junto a la cocinita, aunque para usarlo hay que separarlo para que circule el aire alrededor, ya que se calienta  mucho. Sólo pesa 2,7 Kg y se sujeta perfectamente con una simple goma.

Y lo que es mejor, sirve de calefacción dejándolo encendido con la tapa abierta. Hemos comprobado que a potencia media y estando abierta la tapa del portillo de entrada, la temperatura subió de 14,9 a 19,8 ºC (5 ºC) en una hora. 

 

Lógicamente por la noche, que dejamos la portilla casi cerrada (con una rendija para que corra el aire) o con la potencia al máximo, calentará mucho más y en menos tiempo. 

Obviamente sólo servirá cuando estemos en un pantalán con luz eléctrica. Pero en las navegaciones por el extranjero vamos más a las marinas que en España, o sea que la mayor parte de las noches nos servirá. Cuando tengamos que dormir bajo la bóveda helada en un puerto pesquero o fondeados, sin electricidad, tendremos que seguir recurriendo a calentarnos con el lumigas, o con un tiesto de barro o cacharro boca abajo sobre el fuego de la cocinita, o con unas velitas en el suelo. Al fin y al cabo los Inuit calientan el iglú con una sola velita en el suelo y consiguen dormir casi sin ropa. Ventajas de vivir en un espacio reducido.

En los climas cálidos, como el próximo verano en el Mediterráneo,  su poco peso nos permitirá lo contrario, utilizarlo fuera del barco, en la bañera, para no calentar más la camareta, que ya estará incómoda esta vez por el calor. Ya os contaré qué tal resulta.

Con cuidado, navegantes.

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