Hola navegantes.
Quien crea que la navegación a vela es una sucesión de paisajes paradisíacos con una piña colada en la mano, que vaya cambiando de idea. A veces hay hasta que tirar de las matemáticas, y jugándote mucho si lo haces mal. Como éste, que calculó mal la marea y se quedó colgado del muelle en bajamar. Y todavía tuvo suerte, porque otras veces se arrancan las cornamusas, se hace un agujero en el casco, y cae al agua desde varios metros de altura.
En los puertos con mareas, como el Cantábrico, yo dedico un buen cuarto de hora cada vez que llego a puerto para calcular la longitud de las amarras. Voy a explicar cómo lo hago.
La onda de marea tiene una forma sinusoidal, con
una subida igual de pendiente que la bajada y que se repite cada 12
horas más o menos:
O sea, 6 horas subiendo y 6 horas bajando. La "amplitud" de la marea es la diferencia de altura, en metros, entre la pleamar y la bajamar. Lo que sube y baja cada hora se calcula con la "regla de los doceavos”. Se basa en dividir el recorrido total de la "amplitud" de la marea en doce partes, y tener en cuenta que la marea "corre" más en la mitad de su pendiente que en los extremos, concretamente:
• En la primera hora de subida o bajada hace 1/12 de la amplitud.
• En la segunda hora 2/12 de la amplitud.
• En la tercera hora 3/12 de la amplitud.
• En la cuarta hora 3/12 de la amplitud.
• En la quinta hora 2/12 de la amplitud.
• En la sexta hora 1/12 de la amplitud.
Después hay que imaginarse que cada amarra, la de proa y la de popa, es la hipotenusa de un triángulo rectángulo cuyos catetos son la distancia al noray y la altura vertical al muelle.
Cuando llegamos y terminamos de amarrar hay que medir los metros de muelle por la proa del barco al noray de la proa (a1) y por la popa al noray de popa (b1), la altura del muelle (a2 y b2) y los metros de amarra que hemos dado (h1 y h2). Imaginemos que a1= 6 metros, b1= 4 metros, a2 y b2 = 2 metros, y que hemos dado 6 metros de amarra por proa y 4 por popa (h1 = 6 metros y h2 = 4 metros).
Ahora hay que calcular lo que le queda de bajar a la marea. Para eso miramos en las tablas de mareas la diferencia de altura entre la plea y la bajamar. Por ejemplo hoy en Santander en pleamar habrá 3,95 metros y en bajamar 1,68, o sea que la amplitud de la marea será de 2,27 metros, y un doceavo de esa amplitud serán 19 cm. Hoy es una marea de bajo coeficiente, la diferencia en Santander puede llegar a ser de 5 metros, y en Normandía de 14 metros.
Ahora hay que ver a qué hora hemos llegado respecto a la pleamar. Imaginemos que hemos llegado cuando la marea llevaba dos horas bajando, y por lo tanto le quedaban de bajar 4 horas. Del detalle del párrafo anterior en rojo vemos que le quedan de bajar 9 doceavos (3 de la tercera hora, 3 de la cuarta, 2 de la quinta y 1 de la sexta). 9 x 19 = 171 cm, o sea, en bajamar el agua estará 1,7 metros por debajo de donde está ahora.
Pero no tenemos que alargar las amarras 1,7 metros de cada lado porque están en diagonal, son las hipotenusas. Si largamos demasiado, cuando suba la marea el barco recibirá el viento de tierra (en bajamar le protege el mismo muro) y se alejará del muelle todo lo que le hayamos dado de más a las amarras, y será difícil embarcar y desembarcar. Y si el puerto está en el interior de una ría y el barco sujeto a los caprichos de la marea, tanta holgura puede hacer que se pase varias horas chocando con el muro, al estar poco sujeto.
Hay que calcular la hipotenusa por la fórmula h = raíz cuadrada de la suma de los cuadrados de los catetos.
En proa los catetos miden a1= 6 metros y a2 = 3,71 metros (los 2 de cuando llegamos más los 1,71 que le queda de bajar). Con la fórmula la nueva hipotenusa medirá 7,05 metros en vez de los 6 de cuando llegamos. Por lo tanto en proa hay que largar un metro más.
En popa los catetos miden b1 = 4 metros y b2 = 3,71 metros, y con la fórmula la nueva hipotenusa medirá 5,4 metros en vez de 4 metros cuando llegamos. Por lo tanto hay que largar 1,4 metros más.
Es corriente tener que largar más de proa o de popa, porque los norays casi nunca nos quedan a la misma distancia del barco.
En el Cantábrico se puede jugar con un poco de margen de exceso porque las amplitudes de marea son pequeñas, pero en Normandía el barco puede ser siniestro total por un error de cálculo. Tened en cuenta que el ejemplo es con la marea de hoy en Santander, de coeficiente 49, pero que hay mareas de coeficiente 120.
Finalmente, si la amarra la habéis pasado por seno al noray para manejar los cambios desde el barco sin tener que subir al muelle, la longitud que hay que largar es el doble de lo que salga en los cálculos, pues hay que alargar dos hipotenusas paralelas (recuadro verde en el dibujo).
Con cuidado, navegantes.
Muy bien explicado, es un gusto ver como se aplican las matematicas hasta para amarrar. Un abrazo.
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