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viernes, 10 de mayo de 2019

El jubilado del barril lo consiguió.



Hola navegantes.

En la entrada del 27 de diciembre de 2018 os conté le historia de Jean-Jacques Savin, un jubilado que, a los 72 años, intentaba cruzar el atlántico dentro de un barril de 6 metros cuadrados, simplemente arrastrado por las corrientes. Volved a leerlo por los detalles. Pues el tío lo ha conseguido.

Se ha pasado 4 meses dentro del barril arrastrado a una velocidad de caracol (2 nudos) sin  ningún tipo de control sobre su artefacto, que ha sido arrastrado al azar por las corrientes oceánicas. Aunque llamar "barril" a esto tal vez sea un poco exagerado:



Desde luego es más espacioso y cómodo que el Corto Maltés.

Llegó a la isla de Saint Eustatitus (Statia), al Norte del arco del Caribe, una islita minúscula de 3000 habitantes, donde fue recogido por los miembros de un club de buceo, acercado a tierra y luego invitado a alojarse en un hotel. Le invitaron a una habitación con vistas al Océano (por si no había tenido suficiente) y le agasajaron con una "raclette" de queso suizo.
 


El barril fue remolcado a puerto y sacado del agua con una grúa:
 




A la llegada dijo que su entretenimiento principal en estos 128 días fue la pesca, a través de los ojos de buey de su barril.

 Ahora tiene que hacer los trámites para trasladar el tonel a la Isla francesa de Martinica, y desde ella llevarlo de vuelta a Francia en un mercante.




 ¡Bienvenido!.

2 comentarios:

  1. Amigo Alvaro: Te has adelantado a mi comentario casi por horas. Te cuento. Cuando lei la historia me llamó tanto la atención que me anoté en la Agenda un recordatorio que decía ¿Qué fue de ese tio del barril?, recordatorio que me acababa de salir y que iba a motivar una petición de noticias si las tenías. Ahora, viendo las fotos del “barril” que entonces no publicaste, no me extraña tanto la hazaña, porque para una persona a la que le guste la soledad hasta esos límites y no se maree, piensa uno que en ese “habítáculo” se puede vivir bastante bien.
    Como final, solo se le ocurre a uno preguntar ¿para cuanto tiempo llevaba provisiones?, porque si era para mucho, obviamente a un sitio u otro habitado iba a llegar, a no ser que fuera a una costa rocosa donde imagino que se hubiera destrozado.
    ¡Que sigan tus historias!, porque la verdad Alvaro es que me encantan.
    Un abrazo de Higinio.

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  2. Hola Higinio.

    Otra vez has dado en el clavo. Cualquier objeto flotante soltado en Canarias termina llegando a Centroamérica en 3-4 meses empujado por los vientos alisios y las corrientes. Por eso se ha cruzado el Atlántico en todo tipo de "embarcaciones": balsas, piraguas a remo, windsurfing, vela ligera, y hasta nadando. El truco está en 4 condiciones: 1) atreverse a salir, 2)tener la suerte de no volcar por el camino, 3)ser capaz de aguantar psicológicamente 3-4 meses de soledad, incertidumbre y miedo, y 4)tener mucha, mucha suerte en la recalada.

    Esto último es lo que la gente menos tiene en cuenta, pero comparado con los minutos de la recalada, los meses en el mar son un viaje de paseando a Miss Daisy. Las costas de barlovento de las islas del Caribe son rocosas y azotadas por las olas y el viento como las que conoces de Santander en invierno. Cualquier barco sin gobierno (como el barril) que llegue a ellas acaba destrozado, y muchos han perdido la vida allí, en las rocas de la orilla, después de haber sobrevivido en el océano varios meses. Jean-Jacques tuvo la suerte de que le recogieran los de un club de buceo antes de estrellarse, pero uno con peor estrella se habría quedado allí para el descanso eterno.

    Respecto a la comida, no sé lo que llevaba, pero en ese barril no le faltaba sitio de estiba.

    Un abrazo.

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