Hola navegantes.
Es La Rance, otro de los sitios míticos de la vuelta a Francia y de los
más curiosos por los que se puede navegar. Es un enorme río (1 km en su
desembocadura) al que se ha cerrado con una presa, como el Vilaine que
conocimos en nuestra anterior navegación a Bretaña. Como comparación,
el Vilaine tiene en su desembocadura "sólo" 500 metros. Pero así como en
el Vilaine es una presa hidroeléctrica (embalsa el agua y la deja caer
en una sola dirección) en La Rance es una presa mareomotriz, o sea,
utiliza la fuerza de la marea al subir y al bajar, y por lo tanto la
represa se llena y se vacía. Hay una esclusa que te permite pasar a
aguas arriba de la presa, y allí te encuentras en un mundo raro, tirando
a rarísimo.
Por lo pronto la marea, mediatizada por la presa y las necesidades
energéticas, está modificada respecto a su ritmo natural. Se ha creado
un régimen de mareas artificial cuya amplitud puede ser desde 4 hasta
12,5 metros en vertical, y eso de un día para el siguiente. Los horarios
de mareas y su altura se dan a conocer cada viernes para la semana
siguiente y hay que consultarlos en un teléfono o una web. La luna es
más predecible. Y esos horarios y alturas son importantísimos, pues
definen las horas a las que se puede entrar y salir de los puertos, que
son de los que se secan en bajamar, y lo más importante, te avisan de
lo que puede pasar si varas en una orilla. En las mareas naturales es
predecible, sabes qué día podrás volver a reflotar según la marea
(normalmente en la siguiente pleamar) pero aquí te arriesgas a quedarte
en seco varios días hasta que ese ritmo artificioso te facilite el agua
necesaria para reflotar. A un barco como el Corto Maltés, con orza
abatible, le pasó y se quedó varado tres días, pero nada impide que sean
varias semanas, porque obviamente no van a modificar la marea y su plan
energético para que un velero desencalle. En esta primera parte de La
Rance el agua es salada y se llama "La Rance Marítima".
Por si fuera poco, a mitad del recorrido
del río hay otra presa con esclusa, esta vez cerrada, por la que se
accede a la parte "fluvial" de La Rance, que es de agua dulce. Allí no
hay mareas y se navega como en cualquier canal. Tanto en la parte
marítima como en la fluvial hay varios puertos, el último de la parte
fluvial en pleno centro de la ciudad medieval de Dinan.
Y para mayor interés, en La Rance marítima vive una foca, Josefina,
desde hace 17 años. Supongo que entró en uno de los pasos de barcos por
la esclusa de la presa mareomotriz, y ahora cualquiera se atreve a
volver al mar por esa infraestructura, que si te absorbe te hace carne
picada en las turbinas. Así que allí estará la foca hasta la edad de la
dependencia, y mientras se ha hecho una vecina más del puerto de
Mordreux. Se la suele ver tomando el sol entre los bañistas en la rampa.
Además se ha visto a jabalíes cruzando el río de una orilla a otra,
pues allí ya sólo mide veintitantos metros de ancho.
Como veis, hay sitios muy interesantes para navegar sin tener que dar la
vuelta al mundo y tener un superbarco. De hecho los de quilla fija lo
tienen muy difícil para navegar por La Rance, cuya parte marítima se
seca prácticamente en bajamar, y los de más de dos metros de calado lo
tienen imposible, pues es el calado mínimo de los puertos del interior.
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