Hola navegantes.
Otro fenómeno relacionado con las grandes mareas es la pororoca. Consiste en una ola (a veces una sola) que recorre los
grandes ríos a partir
de su desembocadura, durante decenas de kilómetros hacia río arriba. Es un fenómeno mucho
más poderoso cuanto mayor es el río, siendo especialmente devastador en el Amazonas.Se produce por la acción de la marea
al penetrar las aguas marinas sobre las fluviales durante la pleamar. Esa ola, a veces de 3 ó 4 metros de altura, se acentúa al estrecharse el río, por lo que puede pasar desapercibida en la zona de los deltas
y aparecer algunos kilómetros tierra adentro, donde el cauce es más estrecho. A veces el sonido de la ola es tan fuerte que precede a su aparición.
Como el seno de la ola está frenado por la corriente del río, de dirección contraria, la ola suele ser rompiente, con lo que aumenta su peligrosidad. Incluso a veces la ola se queda quieta en el sitio, pero sigue rompiendo, porque está avanzando sobre las aguas del río que la empujan hacia el mar. Lógicamente el fenómeno es más fuerte en las mareas vivas y cuando el río tiene más caudal, debido a las crecidas.
En los años más recientes la pororoca está siendo utilizada por surfistas porque pueden penetrar sobre una de
ellas y subir aguas arriba de la desembocadura durante casi una hora (¡en la misma ola!). Pero lo que para un surfista es un lujo, para un velero, y más si es cogido de lado, puede ser un drama. En efecto, se ha calculado que una ola rompiente cuya altura sea el tercio de la eslora (para el Corto Maltés, una rompiente de 2 metros) vuelca el barco seguro.
En la desembocadura del Sena en el Canal de la Mancha, a la altura de Le Havre, se producía hasta los años 60 una pororoca que los franceses llamaban "Mascaret". Remontaba el río unas decenas de millas y la ola alcanzaba los 2 metros de altura. Era una atracción turística y acudía gente de toda la región a contemplarla. El "Mascaret" provocó el ahogamiento de Leopoldine, la hija de Victor Hugo, y su marido, y luego inspiró al poeta un poema titulado "Demain dès l'aube..." recordando a su hija y a esa región francesa asolada por el río. Afortunadamente hoy el "Mascaret" ha desaparecido, debido a los grandes trabajos de infraestructuras desarrollados en los años 50 y 60 en la desembocadura del Sena (muros portuarios, dragados que han aumentado la profundidad del río, etc). Pero en las grandes mareas los navegantes locales hacen sonar todas las alarmas, porque aunque la ola ya no es rompiente sí se deja sentir, haciendo sufrir a las amarras de los barcos fondeados o amarrados en las orillas.
Para nosotros no es un tema baladí, porque si en la vuelta a Francia vamos mal de tiempo sobre lo planificado nuestro atajo o "plan B" es llegar a Paris por el Sena en lugar de por los canales desde Dunkerque. Eso nos obligaría a remontar el Sena decenas de millas hasta la primera esclusa, y estamos hablando de finales de julio o primeros de agosto, y podría coincidir nuestra entrada con las mareas vivas (14 de julio y 12 de agosto) lo que no sería precisamente bueno para nuestra navegación fluvial.
Otro comentario de los tuyos realmente sorprendente. Debe ser aterrador para un barco que no lo conozca y tenga que sufrirlo. Imagino que es parecido a la ola artificial que se crea en los canales en que para producirla construyen una pequeña presa que no llega al nivel del agua. Recuerdo que en Múnich hay un parque con un canal de bastante corriente en que se baña la gente siguiendo el curso del agua -yo lo he hecho y es divertidísimo- donde producen esa ola -en ese caso "olita"-en el que algunos chicos hacían surf permanente quedándose en ella.
ResponderEliminarHiginio Soler