Hola navegantes.
Esta mañana se despidió Mario y se incorporó a la tripulación mi sobrina Alicia, y para los dos primeros días Jorge, su padre. Salimos de Navia en plena bajamar y con un mar de fondo de 1,5 metros o más, y las olas rompían en la entrada de la ría de una forma escandalosa, realmente para asustar. Había chicos haciendo surf sobre ellas en los lados, pero por el centro de la ría quedaba una estrecha zona más profunda donde no rompían, y por allí salimos. Una vez fuera la vista hacia atrás era muy preocupante, y prometo que hacia dentro (desde detrás no ves en qué sector rompen y en cuál no) no hubiera pasado. Me habría esperado fuera a que subiera la marea para esperar que con más fondo las olas no rompieran.
La navegación ha sido tranquila, 29 millas en seis horas y media para llegar a Cudillero. De ellas dos y media a vela con una brisa del W (llegando a Cudillero un poco más que brisa, sería ya fuerza 4) y el resto a motor.
Nos hemos abarloado a un pesquero para ir a conocer Cudillero y a cenar, y ahora nos vamos pronto a dormir porque nuestros vecinos saldrán a pescar de madrugada y tendremos que ayudar en la maniobra.
En las últimas fotos veis el atardecer en Cudillero y nuestro último obstáculo antes de llegar a Santander, el Cabo de Peñas, que seguramente pasaremos pasado mañana porque mañana queremos entrar a conocer Avilés.
Hasta mañana navegantes.
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