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sábado, 13 de diciembre de 2025

Los separadores de mi cuaderno de bitácora (10).

Hola navegantes. 

 Después de la semana con el grumetillo por los canales llevamos el barco a Santurce por carretera en un camión. De allí nos quedarían sólo dos etapas hasta Santander. ¡Qué ganas tenía de volver a pasar frío y de mojarme con un poco de lluvia!. Pero en mala hora se me ocurrió desear tales cosas.

 La primera noche fue heladora y me desperté soplándome los dedos a pesar de haberme acostado vestido, con el saco de invierno, con la ropa térmica larga  y con el bluf. Y la segunda aún peor que la primera, no pudiendo dormir por el ruido del viento del oeste que desgarraba el aire, y cayendo Niágaras de lluvia. 

El pronóstico para el día que deberíamos salir hacia Santander también daba mucho de lo que tanto había estado añorando en la canícula de los canales: cielo cubierto, lluvia todo el día, viento frío de cara (el "gallego") y olas de 1,3 metros. Nos levantamos metiendo las manos bajo las axilas y echando ahora pestes de esa meteorología cantábrica, que nos hacía volver a ponernos el traje y las botas de agua y los jerséis. En el cuaderno de bitácora llegué a un separador en que se veía un pesquero entre icebergs fondeado en la Isla Decepción, de la Antártida. No pude evitar poner una viñeta que salía del pesquero diciendo:

-¿No querías frío?.

 

Desde que salimos nos agarró un viento fuerte y mal colocado, porque venía del norte al noroeste y no era ni mucho menos el fuerza 4 anunciado, sino más bien de fuerza 5-6. O sea, justo de morro para salir del abra de Bilbao, y con olas que no eran de 1,3 metros como decía el pronóstico sino de 2 o 2,5 metros. Y todo ello aderezado con unos chubascos que nos caían encima como piedras y que hacían desaparecer el horizonte, porque había tanta agua por encima de la superficie del mar como por debajo. Y reaparecieron algunas goteras en la camareta. Luego me enteré que esos chubascos habían provocado en Santander inundaciones, ríos de agua por las calles y cierre de túneles. 

Pero finalmente llegamos a Laredo, y el día siguiente a Santander pero otra vez sin viento y bajo un sol de qué sé yo, porque a esas alturas del viaje ya había agotado todos los calificativos. Y allí se acababa el viaje.

Con cuidado, navegantes.

jueves, 11 de diciembre de 2025

Los separadores de mi cuaderno de bitácora (9).

Hola navegantes. 

Después de muchas millas y de pasar muchísimo calor por los canales, llegamos a Béziers. Allí nos detuvimos una semana porque habíamos llegado muy pronto para la cita con el grumetillo y ya teníamos los billetes de tren  a Burdeos desde Béziers. Puede parecer un despropósito recorrer toda Francia de sur a norte para recoger a un tripulante, pero los planes los habíamos hecho con sus padres mucho antes de tener que cambiarlos por el estado del Canal de Midi, y ellos tenían sus propias vacaciones organizadas y pagadas por el norte de Francia. 

 Mis anotaciones en el cuaderno de bitácora llegaron a un separador en el que se veía a Corto Maltés a punto de besarse con una de sus heroínas, y no pude resistirme a escribir una viñeta que salía de ella diciendo:

-Se te ve contento con que venga Daniel.

A lo que Corto contestaba simplemente:

-Sí.
 

Pasamos el fin de semana los cinco en Burdeos, donde hacía el mismo calor propio del desierto de Namibia que estábamos soportando en Béziers, y todos nos remojamos en el espejo de agua, frente a la Plaza de la Bolsa y junto al río. El grumetillo además se bañó en la fuente pública del monumento a Los Girondins, en la Plaza de los Quinconces, porque eso en Francia se tolera. En otros viajes hemos visto hasta niños montando en el patinete dentro de una fuente, y por supuesto con bañador, chanclas y toallas en manos de sus madres, lo que indica que allí es como ir a la piscina. Por supuesto les llevamos a conocer el Pantalán de Honor, donde nos habíamos quedado a la ida, para alumbrar en nuestra memoria la sombra de aquellos días, tras subir por Las Landas, que ahora parecían lejanísimos aunque sólo habían pasado dos meses.

Con cuidado, navegantes.

martes, 9 de diciembre de 2025

Los separadores de mi cuaderno de bitácora (8).

Hola navegantes. 

 Después de un cambio de planes forzado por un pronóstico de una semana de mistral que nos impediría navegar, entramos en el Continente por el río Ródano y dos días después llegamos a la esclusa de Saint Gilles, la que une el río con los canales. Es la más grande que afrontamos en la navegación de este verano y volvimos a pasarla solos. La imagen del Corto Maltés allí dentro, un barquito de seis metros solo en una esclusa de más de doscientos, y a finales de julio, os puede dar idea de lo que ha decaído la navegación fluvial.

A partir de ahí empezamos a navegar por encima de algo que, en vez de agua, parecía un guiso. El típico color marrón del agua con sedimentos de los canales. Ana y yo íbamos superanimados porque ya faltaba poco para que se incorporara el grumetillo y nos acompañase una semana por los canales. Con cuatro años iba a ser su primer viaje en velero, y no queríamos que fuera por el mar para correr menos riesgos. En el cuaderno de bitácora había un separador en el que se veía a un niño montando en un triciclo y llevando a remolque un velero encima de un carrito. Estaba con el cuerpo girado para atrás, mirando su barquito. No pude resistirme a añadir una nube saliendo de su cabeza en la que ponía:

-Dentro de poco voy al de verdad.


  Era cierto, en menos de dos semanas, si no había nuevos incidentes, seríamos tres a bordo.

Con cuidado, navegantes.

domingo, 7 de diciembre de 2025

Los separadores de mi cuaderno de bitácora (7).

Hola navegantes. 

 Cuando llegamos a la isla de Porquerolles (la más grande del archipiélago de las Hyères) para los dos días siguientes el pronóstico era de vientos de romperlo todo del oeste, concretamente de fuerza 6 con rachas de 8. Con ese pronóstico no podíamos ni debíamos salir a navegar, y decidimos quedarnos a conocer bien la isla de Porquerolles. Que por cierto es un bonito sitio para estar confinado dos días. Los siguientes días recorreríamos las islas del archipiélago y allí ya daríamos media vuelta, porque no nos daba tiempo a llegar a las dos últimas islas de Francia, Santa Margarita y San Honorato, frente a Cannes. Además esas yo ya las conocía del viaje a la Isla de Elba y de la vuelta a Italia. Nos separaban cincuenta millas de ellas, cien entre la ida y la vuelta, que más dos días para recorrerlas y algún imprevisto hacían toda una semana. Y teníamos dos citas importantes que respetar. Una para recoger a nuestro grumetillo para una semana por los canales de Sète a Narbona, y otra con el camión en Narbona para la vuelta a Santander. 

Mis apuntes en el cuaderno de bitácora llegaron a un separador donde se veía a Tintín con el ceño fruncido y cara de preocupación, con las mangas subidas, hablando con Corto Maltés sosteniendo unos prismáticos. Puse una viñeta apuntando a Tintín que decía:

-Arremangarse para la vuelta, Corto.

Y otra apuntando a Corto contestando simplemente:

-Sí. 

 Pero de momento Ana y yo sólo pensábamos en lo más inmediato: los días que nos quedaríamos en el archipiélago de las Hyères y la islas que nos quedaban por visitar en la navegación de vuelta. 

Con cuidado, navegantes.

viernes, 5 de diciembre de 2025

Los separadores de mi cuaderno de bitácora (6).

Hola navegantes. 

 Después de tanto sufrir durante dos semanas por el calor, las algas, las chicharras y las esclusas, acabamos llegando al Mediterráneo. Allí empezaban las que suponíamos que iban a ser las mejores etapas de esa navegación, yendo de isla en isla plácidamente. Escribiendo las anécdotas de cada día, justo cuando llegábamos al étang de Leucate me apareció en el cuaderno de bitácora este separador:


 Es una foto del Corto Maltés en la bahía de Santander, durante una de las salidas con los grumetillos de oncología. Íbamos sobre un agua de color azul topacio volviendo a Puerto Chico, con un mercante y el barco de los prácticos en el fondo, y no pude resistirme a escribir una viñeta, apuntando al velero, que decía:

-¡Por fin otra vez en el mar!.

 Llevábamos dos semanas soñando con ese momento, y por fin llegó. 

Con cuidado, navegantes.

jueves, 4 de diciembre de 2025

Dibufirma del Canal Lateral del Garona.

Hola navegantes.

En Burdeos embocamos Ana y yo el llamado Canal Lateral del Garona, que es la parte norte del Canal de los Dos Mares (que es como se llama oficialmente el conjunto de canales que unen el Cantábrico con el Mediterráneo). En teoría el Canal de Midi es sólo de Toulouse hacia el sur, pero popularmente se conoce como Canal de Midi al conjunto. 

 Tuvimos el dejà vu de los canales de Bretaña en la navegación a Londres, y estuvimos luchando con las algas. Empezamos a maldecir de nuestra idea de ir al Mediterráneo.
Pero finalmente ocurrió el milagro y nos cruzamos no con una, sino con dos “cortacésped” trabajando en dirección contraria a nosotros. Eso significaba que en adelante los canales estarían limpios, y así fue.

Pero además de las algas estábamos padeciendo una ola de calor tremenda, más propia del desierto del Gobi que de Francia. Como no lo esperábamos habíamos tumbado el palo muy pegado a la cubierta y no podíamos poner el toldo. Sin sombra posible, muchos días estuvimos 8 o 10 horas bajo la canícula, con temperaturas de hasta 43 ºC en el exterior y de hasta 39,8 en el interior del velero. Una tortura porque era como navegar con fiebre alta.

 Este es la dibucarta de aquellas etapas (clic encima para verla mejor):

 

Al primero que la transcriba en los comentarios le regalaré el original.

Con cuidado, navegantes.

miércoles, 3 de diciembre de 2025

Los separadores de mi cuaderno de bitácora (5).

Hola navegantes. 

 La verdad es que este cuaderno de bitácora era premonitorio, nunca me había dado cuenta hasta que lo he repasado al terminar el viaje. 

Cuando llegamos al Mediterráneo siguió azotándonos la ola de calor. El nivel de sequía era el más elevado de los cuatro existentes, y el agua sólo podía utilizarse para usos sanitarios, bebida y seguridad civil, estando restringida para la agricultura, lavado de vehículos, llenado de piscinas, etc. Casi toda Francia la sufría, debido a una primavera y un verano poco lluviosos, a 27 días con ola de calor y al calentamiento global del planeta. Una de las islas no pudimos visitarla porque estaba prohibido el acceso por el riesgo de incendios, y el día nacional de Francia, el 14 de julio, que conmemora la toma de La Bastilla, en muchos sitios no se tiraron los fuegos artificiales por el mismo riesgo. En el resto de Europa era parecido. 

En mi cuaderno de bitácora llegué con las anotaciones a una foto curiosa con una niña mirando el mar desde la orilla de una playa, y asomando del mar sólo la cabeza y el brazo derecho de la Estatua de la Libertad, el de la antorcha. Obviamente había subido el nivel del mar por el cambo climático y se había sumergido Nueva York. Puse una viñeta con forma de nube saliendo de la cabeza de la niña que decía: “Según el cuñado de Rajoy, era mentira”. 

 


También es muy gracioso, ahora que estoy en casa en invierno, ver en mi cuaderno de bitácora los variados adjetivos que iba dedicando al sol cada día: sol horripilante, sol sahariano, sol del Sahel y de todos los demás desiertos del planeta, sol con uñas, sol de derretir el plomo, sol insufrible, sol asesino, sol de activar a las chicharras, sol de derretir coletas, sol como el que pintan los niños, sol regio, sol de plomo, sol de Costa Azul, sol de intensidad brutal, sol impenitente, sol no compasivo, sol de escándalo, sol impasible, sol como el as de oros, el cabronazo, sol sublime, sol de quemar las orejas, sol tórrido, etc. Ahora parece gracioso pero entonces no lo era en absoluto.

 Con cuidado, navegantes.

martes, 2 de diciembre de 2025

Los separadores de mi cuaderno de bitácora (4).

Hola navegantes. 

 El siguiente separador de mi cuaderno llegó cuando estábamos en Valence d'Agen, a mediados de junio, una marina muy modesta en la orilla del Canal de Midi. Sólo tenía torres de agua y luz, no tenía aseos ni duchas, pero a esas alturas del viaje lo que tenía nos parecía una maravilla. Hacía tanto calor que el agua de la torre del pantalán salía ardiendo (imposible tocarla) porque las conducciones estaban expuestas todo el día a aquel sol sahariano. Tardaba más de cinco minutos en salir fría.

Era un pantalán flotante con fingers perpendiculares a la orilla, con espacio para 14 o 16 barcos, y estábamos solos. Una pena porque demostraba lo que había decaído la navegación fluvial. Cuando refrescó la tarde fuimos al pueblo a tomar algo frío. Siempre salimos a esas visitas con los frigolines en la mochila para aprovechar, y aquel día caímos en un bar que tenía un supercongelador profesional de -40ºC (en vez de -25ºC los normales). Nos congeló tres frigolines en menos de una hora que estuvimos Ana y yo de charleta bebiendo algo fresco, y nos guardó otros seis hasta el día siguiente. 

Pues el separador era de un velero cubierto por la nieve en algún país nórdico. No pude aguantarme y escribí una viñeta que procedía de fuera de la foto (era yo el que lo pensaba, claro) que decía "¡¡Quién lo pillara!!". 

 

Ese barco no es el mío, pero en Santander también a veces hace un frío de pingüino y nos encontramos con una escena parecida. Las siguientes sí que son del Corto Maltés en su atraque de Puerto Chico, en el invierno de 2018:

 





Y sin ir más lejos, ayer, aunque no había nevado, el aceite de oliva se había hecho solido por el frío: 


¡Quién nos lo iba a decir cuando estábamos en el Canal de Midi aguantando aquel calor del demonio!. Está claro que en un barco pequeño hay que estar dispuesto a aguantar las condiciones extremas.

Con cuidado, navegantes.

lunes, 1 de diciembre de 2025

Regalar un libro por Navidad.

Hola navegantes. 

 Si habéis leído alguno de mis libros y os ha gustado, podéis regalarlo por Navidad. Por eso hasta finales de diciembre a quien me pida uno le ofreceré otro a la mitad de precio. La información de cada uno está en la columna derecha de este blog, haciendo clic encima de cada título. 

Unos cuentan navegaciones que sirven para degustar los recuerdos de los momentos felices de los veranos en el mar,  ahora que el tiempo se compone de lluvia, viento racheado, oscuridad, una breve calma y a continuación más viento, lluvia y oscuridad:

 

 Otros son libros solidarios o de poesía:

 Como siempre los mandaré dedicados con una dibucarta personalizada, a vosotros o al que se lo vayáis a regalar.

Podéis pedírmelos al correo alvarogaledo@gmail.com.

 Con cuidado, navegantes.

domingo, 30 de noviembre de 2025

Los separadores de mi cuaderno de bitácora (3).

Hola navegantes. 

 El siguiente separador coincidió en mi cuaderno de bitácora entre el 13 y el 14 de junio, justo el día anterior a incorporarse Ana a la tripulación en Burdeos. Es la caricatura de un médico navegando y me lo puso a huevo...


  Llené el aire de corcheas y de un simple pensamiento, porque todo lo demás lo decía la cara del médico de la caricatura ella sola. Porque iban a empezar dos meses de poner la televisión mirando a la pared (si tuviéramos televisión a bordo) y de disfrutar sólo de la naturaleza y de las anécdotas que nos fueran ocurriendo. Nunca las páginas en blanco que seguían en el cuaderno de bitácora se llenaban de tanto significado como cuando ella llegaba. Luego vendría la dura realidad, en este caso el sufrimiento del Canal de Midi que ya os fui contando. Pero eso en mi mente todavía no existía.

 Con cuidado, navegantes.

viernes, 28 de noviembre de 2025

Los separadores de mi cuaderno de bitácora (2).

Hola navegantes. 

 El siguiente separador cayó en las fechas en que estábamos este verano acercándonos a Burdeos para esperar a Ana. Ya habíamos desarbolado en Royan y en cuanto se incorporase ella saldríamos hacia el Mediterráneo por el Canal de Midi.

La foto era de nuestra anterior travesía por ese canal, en la vuelta a España de 2012. Está Ana dando de comer a unos patitos en la esclusa de La Marseillete, y comprobando que se habían secado las toallas. Podéis ver que para las esclusas utilizábamos cualquier cosa como defensa, por ejemplo un paipo. Escribí la frase que me gustaba imaginar que estaba pensando ella, disfrutando por anticipado de nuestras vacaciones (clic encima para verla mejor).


 Con cuidado, navegantes.

miércoles, 26 de noviembre de 2025

Los separadores de mi cuaderno de bitácora.

Hola navegantes. 

 Yo me hago mis cuadernos de bitácora antes de cada larga navegación. Son simples hojas en blanco encuadernadas con espiral (es más práctico para escribir sin tener que extenderlo entero) y en otra entrada os detallé lo que suelo anotar en los viajes:

 Clic aquí.

Pero para romper la monotonía de tantas hojas en blanco suelo insertar separadores de páginas, cuyo único objetivo es hacer el cuaderno más atractivo y distraerme la mente de los problemas de la navegación cuando llego a uno de los separadores. Pero a veces la tensión es tanta que no puedo evitar escribir sobre ellos algún comentario, irónico o nostálgico, que tiene relación con lo que está pasando en la navegación en esos días.

Como puro divertimento voy a compartir alguno con vosotros. Este, por ejemplo,  es de este verano cuando estábamos sufriendo la ola de calor en el Canal de Midi, con los árboles talados y por lo tanto sin sombra, y soportando temperaturas de hasta 39,8 ºC en el interior del barco (era como estar con fiebre alta todo el día) y hasta 42-43 ºC en el exterior. Es una viñeta de Tintín y el capitán Haddock en el desierto, encima de los camellos (clic encima para verlo mejor):

Porque, en efecto, en esas condiciones el Canal de Midi, en vez de un pasillo de sombra para atravesar Francia, era como el desierto del Sahel. Y como el canal tiene un principio y un final pero entre medias no es más que un largo pasillo sin salidas, no hay forma de librarse de la soga.

Con cuidado, navegantes.

martes, 25 de noviembre de 2025

Dibucarta de la subida por Las Landas.

Hola navegantes. 

 Como siempre, la navegación de este verano para conocer las islas y los mares interiores del Mediterráneo francés empezó por recorrer Euskadi y la costa de Las Landas. La costa atlántica de Francia es el precio que tenemos que pagar al abandonar el paraíso de Euskadi y antes de llegar al paraíso del Pays de La Loire si seguimos hacia el Norte, o al Canal de Midi si seguimos hacia el Sur (ya veréis más adelante que el del Canal de Midi se ha modificado totalmente en nuestra percepción después de este viaje). Además de la meteorología tenemos que lidiar con los ejercicios de tiro del ejército francés, que no nos lo ponen nada fácil, y este año menos que nunca. ¡Vaya paliza que nos dimos Luis y yo!. Pero conseguimos llegar sanos y salvos a Royan, allí desarbolar y luego remontar el río Garona hasta Burdeos, donde me encontraría con Ana.

 Esta es la dibucarta de aquellas primeras etapas (clic encima para leerla mejor):

  

 

Como siempre, al primero que la transcriba en los comentarios le regalaré el original.

Con cuidado, navegantes.

miércoles, 19 de noviembre de 2025

Nostalgia.

Hola navegantes.

El cambio de hora, el otoño y el recuerdo de las buenas horas pasadas navegando en verano nos ponen nostálgicos. Os comparto esta dibucarta con mis sensaciones (clic encima para leerla mejor).


Como siempre, al primero que la transcriba le regalaré el original.

Con cuidado, navegantes.

domingo, 16 de noviembre de 2025

Dedicatoria.

Dedicatoria al capitán del Decisión 24 "Zapata":

  

 Os recuerdo que podéis pedirme un libro dedicado con una dibucarta en el correo electrónico alvarogaledo@gmail.com, y que pidiendo dos os dejo el segundo al 50%. Un saludo.

martes, 11 de noviembre de 2025

Parece difícil, pero es una chorrada.

Hola navegantes. 

Hay cosas fáciles que a veces desearías que fueran más difíciles, porque eso te haría parecer más listo. Una de ellas es la forma de calcular el porcentaje de una travesía que has hecho a pura vela, descontando las horas de motor, y eso sin necesidad de ir apuntando cada día el momento en que enciendes y apagas el motor.

 Hay que salir el primer día con el depósito lleno y llenarlo otra vez al llegar a puerto el último día. El primer llenado no se cuenta y se suman los demás. Eso da el número de litros que has consumido en la travesía.

 Sabiendo el consumo por hora de tu motor, al dividir el número de litros por el consumo horario te da el número de horas que has utilizado el motor. El motor del Corto Maltés consume 1,5 litros a la hora, por lo tanto:

 Litros consumidos en la travesía/1,5 = horas de motor.

A continuación tienes que calcular la velocidad aproximada que haces a motor y  multiplicarla por las horas del cálculo anterior. Eso te da el número de millas que has hecho con el motor encendido. En aguas planas el Corto Maltés hace a motor unos 4 nudos, pero en aguas revueltas no pasa de 2. Para los cálculos uso una media, 3 nudos:

Horas de motor x 3 nudos = millas recorridas con motor.

Ya sólo queda calcular el porcentaje de millas hechas con el motor encendido respecto a las totales del viaje:

(Millas a motor / totales) x 100 = % de millas a motor. 

 Y para calcular las hechas a pura vela, restarlas de 100%:

100 - % de millas a motor = % de millas a pura vela. 

En resumen:

 

 Con este criterio, aquí veis el porcentaje de motor en mis últimas travesías, en la columna amarilla:

 Yo suelo apoyar con el motor cuando bajo de 3-3,5 nudos. Y por supuesto hay que restar, tanto en el cálculo de litros como en el de millas totales, las que hemos realizado por los ríos y canales, en que vamos desarbolados y sólo se puede navegar a  motor.

A la gente le suele sorprender  el porcentaje tan bajo de motor, pero es otra ventaja de los barcos pequeños, que navegan bien con ventolinas, cuando los grandes no se mueven.

 Con cuidado, navegantes.

martes, 21 de octubre de 2025

¿Barco volador?.

Hola navegantes. 

 No es que este velero tenga un foil gigantesco, ni que una ola le haya hecho saltar, porque ya veis que la superficie del agua está lisa.

 

 Lo están posando en el lago Lemán con un  helicóptero. Es tan difícil acceder por carretera con esos barcarrones que algunos equipos prefieren llevarlos por el aire, colgados de un helicóptero. Una idea mefistofélica e increíble, pero cierta.

 Con cuidado, navegantes.

viernes, 17 de octubre de 2025

Ideas que han tenido otros contra las orcas.

Hola navegantes. 

 Os enseño las ideas que han tenido otros navegantes para repeler a las orcas, pero sin comprobación de su eficacia:


Una red cubriendo el timón, lastrada con plomos y sujeta con flotadores:



Una hélice fijada en la pala del timón  que gira de forma pasiva con la velocidad del barco a vela, y genera turbulencias:


Pinchos en la pala del timón:


algunos de quita y pon:


Pintar el timón con los colores de las orcas, esperando que crean que el barco es una de ellas y no la ataquen:


Y el "Orcamyst" diseñado por uno de los organizadores del panel de expertos reunido en Madrid en febrero de 2024, que tuvo la desfachatez de decir y publicar que era uno de los dos únicos sistemas legales en España (el otro era tirar arena) cuando no se ha demostrado su eficacia:


Os lo conté aquí: 


Yo creo que nuestro gobierno hace años que debería estar experimentando con las orcas en cautividad estos posibles medios disuasorios, así como los sonoros y los petardos, para comprobar su eficacia y su inocuidad, y definitivamente recomendarnos uno u otro. Si no, como supongo que todos estaremos de acuerdo en que la vida de cualquiera de los 3 niños y 2 adultos del último hundimiento vale más que la de las 40 o 50 orcas que constituyen la manada ibérica, la disyuntiva va a ser otra que nadie desea: sacrificar a los ejemplares agresores para que no cometan más tropelías, lo que puede conducir a su extinción. Es habitual sacrificar a un animal que ha matado a un ser humano, para que no lo repita.

 Con cuidado, navegantes.

miércoles, 15 de octubre de 2025

Otros precedentes aplicables a los ataques de orcas.

Hola navegantes. 

 Según informa El País, Eslovaquia ha declarado el estado de emergencia en todo el territorio tras un ataque hace unos días de un oso pardo a un hombre de 59 años, que acabó falleciendo. Es el tercer fallecido por ataques de osos en lo que va de año en Eslovaquia. Tras el incidente, su Gobierno ha dado el visto bueno para abatir hasta 350 osos pardos, un número muy similar al total de osos que hay en España —unos 370 entre la cornisa Cantábrica y los Pirineos— y alrededor de un cuarto de los existentes en aquel país centroeuropeo (entre 1.200 y 1.300). Un ejemplo lógico de dar prioridad a la vida humana por encima de otras consideraciones. 

 En España no suele haber ataques de plantígrados porque las Administraciones aplican programas para evitar que los osos se habitúen a la presencia de humanos, evitando el riesgo. Según fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica, el único caso registrado de interacción de un oso con una persona en los últimos 10 años con resultado de contacto físico ocurrió en 2021, en el concejo asturiano de Cangas de Narcea. Entonces, una mujer de 75 años se encontró fortuitamente con un oso, que le causó heridas en cara y brazos. No ha habido más incidentes similares en más de una década, aunque en Cantabria, Asturias y otras regiones del Norte empieza a ser habitual que bajen a los pueblos a buscar comida en las basuras. Algo muy preocupante porque nos pierden el respeto, y estamos hablando de un animal que, aunque caiga simpático, es salvaje y puede llegar a los 900 kg, no de un chihuahua.

En Asturias cuando se estima que un oso tiene estos comportamientos, se instala cerca del pueblo una trampa cilíndrica con comida, para lograr que el oso entre. Entonces lo duermen, se le toman muestras de sangre y pelo para ver su estado de salud, y le colocan un collar con GPS que ayuda a seguir sus movimientos. Ahí empieza la segunda parte, que se denomina “aversión condicionada”: se siguen sus movimientos y, cuando se acerca a una fuente de comida en un pueblo, se avisa a los guardas para que estén preparados. En el momento en que empieza a comer, le disparan balas de caucho —que no son letales— para que el animal asocie ambas sensaciones y no vuelva a hacerlo. Así se evitan muchos encontronazos entre osos y personas, así como situaciones de peligro.

Pues eso es exactamente lo que algunos navegantes estamos pidiendo para las orcas. Que se marquen con dispositivos electrónicos e informarnos dónde están para no acercarnos. Que se estudien científicamente unos petardos que las espanten sin dañarlas (sería facilísimo de estudiar en las orcas en cautividad) y que nos dejen utilizarlos. Y por supuesto que se indemnice a los perjudicados, como se hace cuando una especie protegida (osos o lobos) ataca y mata al ganado. Porque aparte del riesgo para la vida, la media para reparar un barco que ha sufrido algún incidente con orcas se estima que es de 10.000 € (más de lo que cuesta mi barco) y normalmente no lo cubre el seguro, ya que las compañías no suelen cubrir los daños propios en barcos un poco viejos. Como comparación, los daños en un coche que tiene un accidente con la fauna salvaje rondan los 1.400 €. 

Por supuesto los que opinan que el cadáver del enemigo siempre huele bien proponen medidas más agresivas, como eliminar a las orcas que atacan (se calcula que son unas 15, las que llamamos "gladis"). Pero esta opinión, al contrario que las del párrafo anterior, no es unánime. Aunque también hay precedentes de eliminar a algún ejemplar especialmente agresivo de otras especies protegidas. Y otros proponen que se prohíban las actividades de avistamiento de cetáceos, para que no se acostumbren a nuestra presencia y a acercarse a las embarcaciones. En Portugal ya se prohibió a las empresas de avistamiento ir a ver a las orcas, y en algunas zonas incluso a los delfines. Siempre está prohibido acercarse a menos de 60 metros de los ejemplares, y ya veis el caso que se hace:


 Pero todas estas medidas deberían estar estudiándose y aplicándose desde hace 5 años que empezaron los ataques, y en estos años casi 1.000 barcos han sido atacados y 8 han sido hundidos (por ahora sin víctimas)  sin que la Administración haya dado una respuesta convincente. Ojalá con  intervenciones como ésta, que se están repitiendo en los foros náuticos con insistencia, consigamos que nuestro gobierno actúe aprisa, antes de que muera alguien.

 Con cuidado, navegantes.

martes, 14 de octubre de 2025

Cruzar el Canal de la Mancha en Vespa.

Hola navegantes. 

 Desde los 16 años he tenido una Vespa, o sea que ha sido un vehículo que ha formado parte de toda mi vida, desde cuando los años aún añadían longitud a mis extremidades hasta que me prejubilé, que la cambié por la bici.

Separarme de ella después de tantas décadas me dejó triste como una viuda inconsolable, pero me pudo el pragmatismo porque ya no era fácil aparcar las motos en Santander, no la necesitaba para el trabajo, no la cogía ni una vez al mes, me arriesgaba tontamente a tener un accidente, y era más sano y ecológico moverse en bici. Pero a pesar de mi afición, lo que nunca se me pasó  por la cabeza fue unirla a la otra y usar la Vespa para navegar. En esto se me adelantó el francés Georges Monneret, que en 1952 convirtió su Vespa en un vehículo anfibio:

 

¡Qué tiempos!. Ahora ese anfibio no habría pasado la inspección de los barcos (la ITB) ni la de los vehículos (la ITV).  Monneret era un aventurero y piloto empeñado en demostrar que cualquier moto, bien usada, podía ir a cualquier parte. Se le apodaba "Jojo la moto" y en su carrera obtuvo 499 victorias y 183 récords del mundo. Incluso fundó su propia marca de motos, « Mondial-Monneret », en 1965. Aparte de sus victorias en competiciones realizó algunos viajes extraordinarios en moto, incluso llevando a sus hijos pequeños en una especie de mini-sidecar de remolque:

 

 Por cierto, sus hijos también se han dedicado al motociclismo. Pues después de competir en el Dakar y romper varios récords de resistencia, decidió preparar una Vespa modificada con flotadores laterales y una hélice. La rueda trasera se apoyaba en una cinta rulante que, por frotamiento, giraba y hacía mover la hélice. También llevaba una turbina de aire forzado para asegurar la refrigeración del motor a pesar de la escasa velocidad de la embarcación. 

 Vespa

 Fijaos que no le quitaba ni la rueda de repuesto. No sé lo que pensaba hacer con ella en el agua. Primero probó el invento en el Sena y luego en un canal de Francia, pero la hazaña definitiva fue navegar con ella por el mar, y concretamente de París a Londres cruzando el Canal de la Mancha por el paso de Calais, desde Calais a Dover. O sea, el mismo cruce que hicimos nosotros con el Corto Maltés y que pensábamos que tal vez, quizás, es posible que hubiera tenido algún mérito. Escoltado por un barco de apoyo fracasó en el primer intento, pero consiguió llegar a Dover con la Vespa en el segundo. Aquí podéis ver un vídeo antiguo de su travesía:

  Clic aquí.

  Recordando lo que nos costó a nosotros con el velero, verle en esa "embarcación" pequeña como un pedalo te encoge el corazón. Al conseguirlo, la hazaña fue aprovechada por Piaggio como una demostración publicitaria: "La Vespa puede llegar donde tú quieras". Y no les faltaba razón, porque también con la Vespa cruzó el desierto del Sahara sin asistencia, sin GPS, y sin ningún tipo de plan de evacuación. Mi intento más serio fue llegar a lo vivo con una Vespa 75 de Madrid a Milán (unos 1.600 km) en Navidades, cuando tenía 19 años, para ver a una novia, y no pasé de Guadarrama por el frío.

Monneret falleció en 1983

Con cuidado, navegantes.

lunes, 13 de octubre de 2025

Vídeo de la presentación de la navegación a Londres.

Hola navegantes. 

 He visto en el canal de YouTube de la Asociación Mil Velas, la presentación que les hice de la navegación a Londres en octubre de 2024.

 

 

Ahora que la navegación está en crac, por el otoño y por las orcas, puede servir de distracción para acercarnos, al menos con el espíritu, al mar y recordar lo bien que nos lo pasamos cuando podemos navegar. Podéis verlo aquí

 Clic aquí.

Con cuidado, navegantes.

sábado, 11 de octubre de 2025

Orcas hunden un velero con 3 niños.

Hola navegantes. 

 Ayer hubo otro ataque de orcas a un velero, el  "TIFARE", de 11 metros de eslora, frente a Peniche (Portugal). Entre la tripulación del velero, que se hundió, se encontraban tres niños. Es ya el octavo hundimiento que provocan las orcas (y el segundo en un mes) además de varios cientos de ataques, ya cerca de mil. 

 

(La imagen no es de este ataque, del que no hay fotos, sino de uno anterior con hundimiento).

Los cinco tripulantes del "TIFARE", dos adultos (una portuguesa y un francés) y sus tres hijos franceses, fueron rescatados a última hora de la tarde del viernes en una operación coordinada por el Centro de Búsqueda y Rescate Marítimo de Lisboa. El velero, que se encontraba a unos 90 kilómetros al suroeste de Peniche, emitió una alerta informando de un ataque de orcas, lo que provocó la entrada de agua en el barco y su posterior hundimiento. Por suerte el velero llevaba balsa salvavidas y los tripulantes saltaron a ella.

La primera embarcación en llegar al lugar fue el pesquero SILMAR, de 22 metros de eslora y base en Peniche, que navegaba en las inmediaciones, y ayudó en el rescate de los cinco tripulantes, que ya se encontraban en la balsa. Una fragata, la Francisco de Almeida, un barco de socorrismo de la Capitanía del Puerto de Peniche, y un helicóptero de la Fuerza Aérea también participaron en la operación. El helicóptero los recogió de la cubierta del pesquero, ya de noche, y los trasladó a la base aérea de Montijo, y desde allí fueron llevados a un hospital para recibir atención médica.

Aunque esta vez no ha ocurrido la desgracia personal, estaréis de acuerdo conmigo en que ha estado muy cercana, con tres niños en una balsa salvavidas y de noche. Si no llega a estar cerca el  buen samaritano del pesquero a lo mejor no los encuentran hasta el día siguiente, en ese frágil artilugio flotante entre la manada de orcas. Ya me diréis si es lógico que los gobiernos de España y Portugal continúen sin hacer nada, salvo recordarnos que está prohibido hacer hasta ruidos que las molesten, y sin dejarnos defendernos. Me encantaría ver a alguno de nuestros próceres en un velero, con sus hijos a bordo, y dándose de bruces con la manada. A ver qué hacía.

 Con cuidado, navegantes.

martes, 7 de octubre de 2025

Orcas: un precedente legal.

Hola navegantes. 

 Otras veces os he explicado que en España hay dos cuerpos de doctrina jurídica aplicables a los ataques de orcas: 

 1) El RD 1727/2007, de protección de los cetáceos, que prohíbe todo. Este decreto estaba publicado antes de los ataques a veleros, y pensado para las actividades lucrativas de observación de cetáceos, en que son los barcos los que van al "encuentro" de las orcas.

Y 2) la ley 14/2014, de navegación marítima, que establece que "en caso de riesgo de naufragio, el capitán adoptará cuantas medidas crea necesarias para procurar la seguridad del buque y la salvación de las personas y de los bienes".

 Personalmente siempre he creído que la ley 14/2014 prevalece sobre el Real Decreto y que si llegase el caso a un juez, no dudaría en dar prioridad a salvar una vida humana sobre no molestar a un cetáceo.

 

  En un foro náutico se ha aportado un precedente que se aplicaría perfectamente. Es una aportación muy seria, no como otros que escriben en Internet diciendo mentiras como quien bebe. El Tribunal Supremo ratificó la absolución penal de un cazador que en defensa propia mató un oso, especie protegida. El Tribunal Supremo consideró que la muerte del oso estaba justificada en el caso en cuestión por estar la vida del acusado en peligro grave, considerando el disparo como un medio de defensa proporcional.

"STS, Sala Segunda, 1 de abril de 1993 (ECLI:ES:TS:1993:16201, RJ 1993/9165). Hechos probados: El acusado, cazador, disparó y dio muerte a un oso pardo en una zona de montaña de Brañosera (Palencia) al ser sorprendido a corta distancia por el animal, que se abalanzó sobre él. El tribunal de instancia consideró acreditado que el acusado actuó para proteger su vida ante un ataque inminente y no buscaba cazar ni dañar una especie protegida.

Decisión de la Audiencia de Palencia (9-11-1990): el tribunal absolvió al acusado del delito contra la fauna (arts. 345 y ss. CP 1973) al entender que concurría una causa de justificación por estado de necesidad o legítima defensa: la acción fue “necesaria para salvar su vida”.

Decisión del Tribunal Supremo (1-4-1993): la absolución penal subsiste en cuanto al fondo, al reconocerse que el acusado actuó por necesidad para evitar un peligro real y grave para su vida.

Doctrina destacada: la sentencia admite, al menos implícitamente, que la muerte de un animal salvaje protegido puede quedar justificada cuando exista un peligro real, actual y grave para la integridad física del ser humano, siempre que el medio empleado sea proporcionado y necesario.

Hasta aquí la parte jurídica referente al oso. En el caso de las orcas, el peligro para la vida es real, pues algunos ataques han hundido el barco a muchas millas de la costa (hasta 12 millas en España no es obligatorio llevar balsa salvavidas, y esa distancia es imposible hacerla nadando, y menos rodeado de una manada de orcas)  y el recurso a medios sonoros de disuasión no cabe duda de que es una medida proporcionada, pues no es para matarlas, como en el caso del oso, sino sólo para alejarlas.

 Con cuidado, navegantes.

lunes, 29 de septiembre de 2025

Nuestro recorrido definitivo este verano.

Hola navegantes. 

 Os comparto el track definitivo de nuestra navegación por las islas y mares interiores de la costa mediterránea francesa este verano con el Corto Maltés. Incluye las modificaciones obligadas por el estado precario del Canal de Midi, y las interrupciones y cambios obligados por el mistral.

 

 

Desde Narbona la vuelta la hicimos por carretera en un camión hasta Santurce, y de allí a Santander otra vez navegando.

Con cuidado, navegantes.

lunes, 22 de septiembre de 2025

Entrevista-balance del verano.

Hola navegantes. 

 Esta vez es una conversación con Edu Araujo, en su programa de Onda Vasca sobre temas de navegación "Itsas Tantak", que se emitió anoche:

 Clic aquí.

(desde el minuto 1:33 hasta el final).

 Es un balance de los tres meses de navegación con el Tonic 23 por los mares interiores y las islas de Francia en su costa mediterránea, llegando hasta allí desde Santander por el Canal de Midi. El resumen de más de 1.100 millas navegadas (460 por las aguas interiores, incluyendo 3 mares interiores) la visita de 10 islas, la navegación por 5 ríos y el tránsito de 141 esclusas. Días en que todo va que chuta, como en la mayoría de las islas, y otros en que se te pone cara de por qué habré venido, como en  las dos olas de calor en un Canal de Midi desconocido, pelado de árboles y casi sin agua, o los golpes de mistral. Anécdotas suficientes para llenar varios veranos, pero que ocurrieron en uno solo. Espero que os entretenga.

Con cuidado, navegantes.

miércoles, 17 de septiembre de 2025

El eufemismo de las "interacciones" con orcas.

Hola navegantes. 

Ya sabéis mi opinión sobre los ataques de orcas a los veleros, que algunos tratan de disimular con el eufemismo de "interacciones".  Podéis ver las entradas sobre este tema poniendo "orcas" en el buscador que hay arriba a la izquierda. Pienso que cuando hay una vida humana en peligro todo lo demás es secundario. En el ataque más reciente, en Portugal, se pone crudamente de manifiesto. La "interacción" duró sólo 5 minutos y fue suficiente para hundir el barco. La novedad es que todo fue filmado por un barco de observación de cetáceos que estaba en la proximidades, y recogió del mar a los tripulantes de entre la manada de orcas. Las imágenes son para robarte el aliento.

  Clic aquí.

Ahora imaginaos que entre los tripulantes hubiera niños (ya ha pasado) y que no hubiera un barco cerca para recogerlos. O imaginaos que fueran osos (por citar otra especie protegida) atacando a un vehículo, y tu gobierno dijera que no hicieras nada para defenderte, ni siquiera tocar la bocina o intentar escaparte dando marcha atrás. Inconcebible, ¿no?. Porque os recuerdo que en las islas noruegas de Svalbard, en el Ártico, es obligatorio desembarcar con un rifle por si te ataca un oso polar (también especie protegida) y si eso ocurre se considera normal dispararle para protegerte tú o tu familia.Y si no lo llevas, la misma policía te suministra uno o te obliga a acompañarte de un guía armado. Porque se considera que una vida humana es más valiosa que la de un animal, por mucho que sea una especie protegida, y ya ha habido casos de ataques de osos polares con resultado de muerte, entre otros un niño.

 

 Yo estoy seguro de que esto de las orcas se saldará con alguna muerte, y entonces se acabarán los ejercicios funambulescos y las frases tópicas del gobierno que no hace nada. Todo será echar la culpa a los demás y apresurarse a regular el uso de los petardos y obligarnos a llevarlos, igual que nos obligan a llevar bengalas. ¡Qué país!.

 Con cuidado, navegantes.

martes, 16 de septiembre de 2025

Pediros un favor.

Hola navegantes.

Tengo que cambiar una de las bicis plegables del Corto Maltés y estoy pensando en una Brompton. Pero antes de decidirme tengo que comprobar si me cabe en el tambucho de la bañera. Si alguien de los que sigue este blog vive en Santander y tiene una Brompton plegable, me haría un favor enorme si me dejara probar eso.


 Puede escribirme a alvarogaledo@gmail.com para luego intercambiar los teléfonos y poder quedar.  Gracias anticipadas.

 Con cuidado, navegantes.

martes, 9 de septiembre de 2025

Mis conclusiones personales.

Hola navegantes. 

Con un poco de distanciamiento ya puedo esbozar mis conclusiones personales de la navegación por las islas y mares interiores de Francia.

 Ha sido una navegación caracterizada por algunos detalles que a lo mejor desde fuera pueden pasar desapercibidos, pero que para mí han sido importantes:

1.  El trayecto ha sido por lugares ya conocidos.El Canal de Midi sería la tercera vez que lo recorrería, la costa mediterránea de Francia la cuarta, y uno de los mares interiores (el étang de Thau) la segunda; los otros dos (el de Leucate y el de Berre) no los conocía.

 2. Las etapas con Ana iban a ser larguísimas, concretamente dos meses continuados conviviendo en un barquito de 6 metros. Nunca habíamos estado tanto tiempo seguido navegando juntos.

3. Iba a ser nuestra primera navegación con el grumetillo. Convivir con un niño de 4 años en un espacio tan pequeño y cerrado, y más con las condiciones que luego se dieron (la ola de calor) pondría a prueba nuestra capacidad de adaptación y sería crucial para que cogiera afición, o por el contrario odio, al barco.

4. Por distintas circunstancias estaríamos en el Mediterráneo los meses peores, julio y agosto. 

Navegar por sitios ya conocidos a conducido a una conclusión inevitable, en el estado actual del mundo: verlo todo más deteriorado. Concretamente se me han hundido dos paraísos. El primero el Canal de Midi, que conocía como un túnel de verdura y de sombra atravesando Francia, por unos paisajes con todos los tonos de una caja de lápices de colores, y que ahora, con la tala de los árboles, es un erial. En la foto los árboles que había antes y los de ahora:

 


 Y además en muchas zonas aún no se han replantado, quedando la imagen de la desolación y la escabechina:

 Y todo ello empeorado con la dejadez de las autoridades, que dejan colmatarse de algas algunos tramos, que no te dejan avanzar y te calientan el motor:
  

Y el segundo la isla de Bendor, una de las de Paul Ricard, que conocí como un pinar con algunas construcciones, un puertecito de película (el más bonito que he conocido), y esta vez la hemos visto con la entrada prohibida, un guarda de seguridad impresentable y agresivo como un gorila golpeándose el pecho, todas las edificaciones en obras, y todo el terreno disponible lleno de escombros y de vallas.

 

 A cambio algunos de los sitios nuevos nos han encantado, como la Isla Verde, frente a La Ciotat, Martigues, la pequeña Venecia, Leucate con el paquebote Lydia varado voluntariamente en la playa, o el Parque Pastré en Pointe Rouge.

 

 La prueba de los dos meses de convivencia la hemos superado con creces. Volvemos del viaje más unidos al haber superado juntos tantas adversidades, y haber diseñado tantas prestidigitaciones para superar el calor, los golpes de mistral, el accidente que nos arrancó la base del palo, o los sucesivos cambios de planes a que nos vimos obligados.

 La experiencia con el grumetillo ha sido maravillosa. A pesar de su corta edad se adaptó perfectamente a vivir con nosotros sin sus padres, a los horarios intempestivos, al calor (que él sufría más por el chaleco) a ducharse en la bañera con el agua de una botella, a las comidas atípicas y a pasar la tarde, a veces, en pueblacos sin ninguna distracción para los niños. Y disfrutando de esos comentarios de los niños pequeños que te hacen reír con todo el cuerpo. En la foto, acercando el barco al muelle para que bajara Ana.


 Y respecto a navegar por el Mediterráneo en Julio y Agosto ya está todo dicho: haced lo posible por evitarlo. El turismo y la pululación de barcos por las marinas y los fondeaderos lo estropea todo. En lugares que conocíamos casi despoblados y auténticos ahora hay hasta trenecitos para recorrer las calles sin tener que andar, y los paseos marítimos llenos de chiringuitos con olor a refrito y puestos de sombrillas, chanclas, pulseras, esquileros y kits de cubos con pala y rastrillo. Un horror. 

Y con relación al barco, simplemente y por desgracia todas mis enseñanzas pueden quedar encapsuladas en repetir las ventajas de un barco pequeño. Nunca nos ha faltado atraque en las marinas a pesar de estar en temporada alta y pedirlo a veces en el mismo día. Con un barco más grande es muy posible que nos hubiéramos visto atascados en las zonas con menos agua del Canal de Midi,  que no hubiéramos podido entrar en alguno de los mares interiores por el calado, y que no hubiéramos podido hacer el plan B de volver en un camión. Y  creedme: con un barco pequeño caes simpático en los puertos y se esfuerzan por ayudarte. En cuatro marinas no nos cobraron alguna noche, bien haciéndose los despistados o dejándonos con la boca abierta al decirnos directamente que era un regalo. Y en otra ya fue la caraba, porque no tenían ningún servicio y nos dejaron usar la ducha y el frigorífico de una peniche de alquiler, que en ese momento estaba vacía.

Así que ya lo sabéis si me estáis leyendo y tenéis un velero pequeño: tenéis que veniros arriba y salir a descubrir las costas y las aguas interiores con él. Eso sí, con prudencia y buena planificación. Seguro que no os arrepentiréis.

Con cuidado, navegantes.