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jueves, 15 de mayo de 2025

Empiezan las novedades.

Hola navegantes. 

 En la navegación de este verano pensábamos llegar al Mediterráneo por el Canal de  Midi, desembocando en Port-La-Nouvelle, la salida más al Oeste posible. Desde allí retroceder hacia el Sur unas 10 millas para introducirnos en el primero de los mares interiores que queríamos conocer, el Étang de Leucate. Os hablé de él aquí:

 Clic aquí.

 Después tendríamos que desandar la distancia hasta Port-La-Louvelle para seguir recorriendo las islas mediterráneas de Francia en dirección al Este, hasta Mónaco.

 El Canal de Midi, en su entrada por el Mediterráneo, llegaba originalmente hasta Séte, en el Étang de Thau:


 Más tarde se excavó una nueva salida, en Port-La-Nouvelle, con dos canales (llamados de la Robine y de la Jonction) con un calado más escaso (1,20 metros en vez de 1,40 el resto del Canal de Midi) que es el que tomamos nosotros en 2012 cuando cerramos la vuelta a España. También es el que queríamos coger este verano para desembocar lo más cerca posible del Étang de Leucate:


Pues al contactar con Port-La-Nouvelle para gestionar arbolar el palo, cuando tuve al habla a la responsable de la grúa me dijo que esos dos canales se habían colmatado de lodo, y ahora su calado era en algunos tramos de 60 cm, lo que significaría que ni con el Corto Maltés podríamos pasar (nuestro calado, con la orza subida, es de 70 cm).  Pero lo peor sería que el Pont des Marchands, en Narbona, se está viniendo abajo y se habría prohibido la navegación por debajo, y las obras no estaba previsto que terminasen hasta el año que viene. O sea, que este año se haría imposible usar los canales de la Robine y de la Jonction, y por lo tanto la única manera de llegar al Mediterráneo sería por Séte. Una situación parecida a cuando nos enteramos que, para ir a Londres, estaba cerrado el canal que une Nantes con el Río Vilaine y nos obligó a elegir otra ruta. Son los inconvenientes de la navegación interior, y las cosas que nunca les pasan a los personajes de Salgari.

Eso me ha hecho emplear 3 días en distintas gestiones con organismos franceses para aclararlo. Y la situación final es que aunque efectivamente están dragando el Canal de la Robine, con nuestros 70 cm de calado podremos pasar seguro, teniendo cuidado al cruzarnos con las dragas. Y que los trabajos del Pont des Marchands, en Narbona, se acabaron hace tiempo y la navegación ya se ha restablecido únicamente con limitación de velocidad. En este caso la información oficial de Internet es incorrecta, pues figura como fecha de finalización de los trabajos en mayo de 2026. Parecía  mucho, pero hay que tener en cuenta que el Pont des Marchands es un puente con viviendas encima:

Las primeras noticias nos dejaron boquiabiertos y dábamos por seguro que no conoceríamos en este viaje el Étang de Leucate, porque desde Séte supondría un rodeo de cerca de 100 millas. Desde luego a la ida tiraríamos directos hacia Mónaco desde Séte, y sólo si a la vuelta nos sobrara tiempo nos plantearíamos dar ese rodeo. 

Pero con la confirmación ulterior, por ahora mantenemos el plan inicial de Port-La-Nouvelle. Sólo si por el camino recibimos noticias negativas sobre el Canal de la Robine llegaríamos al Mediterráneo por Séte. Por suerte este viaje tiene un trayecto alternativo. Si eso mismo te pasa en uno que no lo tenga puede significar el fin del viaje, y volver a España por donde has venido.

Si os lo cuento es para que comprendáis la cantidad de cosas que hay que planificar en la navegación interior, más encorsetada que por el mar y donde el barco se mueve como con una camisa de fuerza. A cambio tiene otras satisfacciones, claro. Principalmente ser un viaje más olfativo, visual y de contactos humanos que por el mar.

 Con cuidado, navegantes.

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