Visitas al blog:

martes, 3 de septiembre de 2024

Dibucarta de la paloma de Yeu.

Hola navegantes. 

 En la navegación a Bretaña recalamos en la Isla de Yeu. En mitad de la travesía hacia la isla me llevé un susto de muerte. Mi sobrina Alicia estaba en la camareta y yo iba solo al timón, cuando de improviso noté que algo se me posaba en la cabeza. Supongo que me quedé blanco como un molinero. En aquella soledad en mitad del mar lo primero que piensas es en algún espíritu, si es que logras pensar en algo. Al recuperarme, y con el corazón como queriéndose escapar de su jaula, me di cuenta de que era una paloma y por cierto muy anillada (en ambas patas) que había intentado posarse encima de mi cabeza pero con mi reacción de susto se espantó. 

Después de un rato trazando arabescos en el aire se posó en la cubierta, y estuvo allí como una hora dejándonos varias cagadas. Eso es una cosa habitual en las navegaciones. Algún pájaro se aleja mucho de la costa y luego se encuentra sin fuerzas para volver, y se posa en el primer barco que encuentra. Normalmente hasta se dejan dar de comer o de beber. 

Nosotros estábamos a siete millas náuticas del continente, una distancia enorme para hacerla incluso volando. Le dimos pan pero no lo quiso, sin embargo nos dimos cuenta que cuando salpicaba una ola encima de la cubierta se acercaba a chupar las gotas con el pico. Intentamos darle agua dulce pero tampoco la quiso, por no acercarse a nosotros. Finalmente desertó cuando en una de las maniobras sacamos el génova y se asustó con el ruido y con el meneo de la vela. No volvimos a verla.

Esta es la dibucarta de aquel episodio (clic encima para leerla mejor). Se empieza a leer en el ojo derecho, y se la daré al primero que la transcriba abajo, en los comentarios.


 Con cuidado, navegantes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios son bienvenidos. Lo más cómodo es poner tu nombre al final del texto y luego elegir como identidad "anónimo".