Volviendo de la isla de Elba en el Corto Maltés, a la altura del Golfo de Saint Tropez vivimos de cerca las desventuras de un hombre al agua. Ocurrió el 28 de junio y lo conté en la entrada del blog del 29 de junio. Era un hombre que se cayó, sin chaleco, al coger agua con un cubo, que le arrastró. Se lo había atado a la muñeca para no perder el cubo, y casi pierde la vida. Pues ahora ha contado su desventura en el número de enero de la revista Voiles et Voiliers, que os reproduzco para los que sepáis francés.
La que creíamos que había intervenido por la radio, su mujer, resultó ser en realidad su nieto, con el que venía desde Italia. Un joven de 16 años que es el que salvó la vida de su abuelo, de 72 años, pese a su inexperiencia. Impresionante y digno de leerlo para aprender algo de prudencia en el barco. Yendo con piloto automático y en la práctica solo (el nieto había ido a su camarote a echar una siesta y llevaba los cascos puestos) se le ocurre coger agua con un cubo para baldear la cubierta, sin reducir la velocidad y amarrándose el cabo a la muñeca para no perder el cubo con el tirón!. El náufrago se desgañitó chillando pero el chico no le oyó. Aguantó en el agua gracias a que no estaba fría (no murió de hipotermia, lo más habitual) y a que utilizó el cubo, boca abajo, como reserva de flotabilidad hasta que fue rescatado. Un milagro que saliera todo bien.
Para evitar este accidente tan típico mis costumbre en el Corto Maltés son:
- Avisar al compañero siempre que se va a hacer algo con riesgo de caida al agua, lo que incluye cualquier desplazamiento a la proa y coger agua con el cubo.
- Para coger agua, reducir la velocidad.
- Atar el extremo del cabo que sujeta el cubo al barco, no a la mano.
- Llevar siempre por la popa un cabo o "línea de vida" arrastrando. El Corto Maltés tiene ya miles de millas en la estela y todas las he hecho con un cabito arrastrando por la popa. Es de nylon para que flote y no se trabe en la hélice, y tiene un nudo cada metro más o menos, para que no se te escurra de la mano. Hemos probado varias veces que es posible agarrarse a él y remontarlo, nudo a nudo, hasta llegar a la escalera de popa. Por supuesto la escalera, que va plegada hacia arriba, tiene un mecanismo para poder destrabarla desde el agua.
Supongo que no seré el único que me gustaría mucho poder leer ese artículo, pero como podrás verificar es practicamentre ilegible. ¿No tendrías otra forma de transcribirlo que permitiera leerlo sin problema? Creo que valdría la pena, porque tiene que ser apasionante.
ResponderEliminarQue bien que os citen el el Diario. Bien os lo mereceis.
Aprovecho para felicitarte el año.
Abrazos de Higinio
Hola Higinio. Si haces doble clic en la foto se abre, y con ella en la pantalla puedes ampliarla todo lo que quieras. Y así sí que se lee. Un saludo.
EliminarSuperintereasante esta historia!
ResponderEliminarUna historia impactante y aleccionadora! Gracias por hacernosla llegar.
ResponderEliminarEduardo
Esa sección de "sucedidos" del Voiles et Voiliers es la que más me gusta. Los que han cometido un error lo cuentan para que no lo repitan los demás. En ella conté yo nuestras dificultades a la salida del Guadalquivir en la vuelta a España. Podeis verlo aquí (si no funciona el enlace, copiad la dirección en la barra del navegador):
ResponderEliminarhttps://www.dropbox.com/s/aey523wy6kuye6o/V%26V%20Sept%202015%20Alvaro.pdf?dl=1
O bien, podéis acceder desde la entrada al blog de 14 de agosto de 2015.