Hola navegantes.
Es médico, quiso especializarse en histología pero no pudo por ser daltónico, y finalmente eligió la neumología. Fue jefe de servicio en el Hospital de Perpignan durante 35 años, pero aquello queda ya muy lejos. Porque Jean Diet tiene 100 años, y ahora vive retirado en Port-Vendrés, disfrutando entre otras cosas de su velero.
Detrás de ese rostro arrugado como un cartón acanalado y del audífono se esconde una juventud por supuesto de médico, pero también de navegante (ha recorrido los siete mares y cruzado dos veces el Cabo de Hornos), de montañero (con ascensiones al Himalaya) y de miembro de la resistencia francesa durante el nacismo, lo que le costó la cárcel. Ahora que no vive a contrarreloj lo que le llena es la vela, y continúa navegando un día a la semana en su velero "Gros Leon", un Gib Sea 33 de 1975, tanto en verano como en invierno y con cualquier clase de tiempo. Lleva haciéndolo desde que se jubiló en 1985, y se hace acompañar por tres amigos también de una edad venerable (el timonel y responsable actual, Christian, tiene 80 años) y hacen salidas de un día. En la siguiente foto, Jean es el flaco vestido de azul marino.
Jean usa bastón, pero lo deja nada más embarcar y en el barco se mueve sin ayuda. Sus hijos le han impuesto una pulsera de telealarma por si se cae al mar o tiene un accidente. Una mañana de invierno se cayó al agua desde el pantalán, y después de un rescate dificultoso, de recogerle rígido como un fueraborda frío, y de recalentarle, se negó a que le llevaran a casa. Él había ido a navegar, y no quiso dejar de disfrutar del mar por ese pequeño incidente.
Aunque en la foto anterior se le ve pequeño y esmirriado, al conocer su historia se comprende su talla de gigante. Además ha transmitido su afición a uno de sus hijos, que está preparando un velero para dar la vuelta al mundo. Enhorabuena, Jean.
Con cuidado, navegantes.
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