Hola navegantes.
El Baluchon, el minivelero de 4 metros con el que el francés Yann Quenet está dando la vuelta al mundo, empieza su última etapa desde las Azores hasta Saint-Brieuc, en la Bretaña francesa. Le quedan 1.300 millas , que tendrá que hacer, casi seguro, ciñendo, pues un anticiclón se ha instalado frente a Francia y parece que se va a quedar. Calcula entre 30 y 40 días para llegar.
Sobre su escala en Horta dice que el principal problema es que se ha hecho muy conocido y no paran de invitarle a una copa, por lo que tiene que mantenerse alejado de los bares. Y como manda la tradición, ha dibujado el logotipo de su barco en el suelo de los muelles:
Es un ratoncito con un hatillo al hombro, persiguiendo a una gallinita, que es la que lleva pintada en el casco en homenaje a su amigo artista callejero Jean-Yves Le Fourn, que lleva a estas gallináceas a dar la vuelta al mundo.
Sobre la última etapa, espera que sea larga, por el citado anticiclón y por las calmas ecuatoriales, y lleva víveres y agua para 40 días estibados en los bidones que le acompañan al dormir:
Yann no quiere cantar victoria todavía, reconociendo que otros marinos llegaron hasta donde él y fallaron en el último momento. Le preocupa su vuelta a casa, el pequeño taller donde vive y donde construyó el Baluchon, que encontrará lleno de telarañas, y encontrar un trabajo. Intentará encontrar un astillero dispuesto a contratarle, algo relacionado con los barcos.
Respecto a sus sensaciones a la vuelta, dice que se encuentra un poco atrapado entre dos fuegos. Por un lado, le da un poco de tristeza sentir que se acerca el final y, por otro lado, sabe que el final de esta aventura significa el comienzo de otros proyectos geniales en los que ya está pensando y que le impacientan.
Le deseamos la mejor suerte en esta última y definitiva etapa.
Con cuidado, navegantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios son bienvenidos. Lo más cómodo es poner tu nombre al final del texto y luego elegir como identidad "anónimo".