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sábado, 23 de noviembre de 2019

Más sobre drones que navegan.

El llamado "Saildrone", un velero no habitado de 7 metros de eslora, ha finalizado su travesía del Atlántico en los dos sentidos el 22 de octubre de 2019.




En la primera travesía, de Oeste a Este, salió de Newport el 31 de enero, encontrando condiciones tan desfavorables (rachas de 62 nudos y olas de 12 metros) que el dron volcó y se rompió su vela de carbono, de 5 metros de alto. Igual que los navegantes recurren a aparejos de fortuna cuando se les rompe el palo, el Saildrone consiguió, sin vela, alcanzar Hamilton, en las Bermudas, donde fue reparado. De allí salió en mayo rumbo a Inglaterra, donde llegó en agosto tras recorrer 3.000 millas. En la foto, su escala en Hamiltón con el palo roto.


La segunda mitad, de Este a Oeste, salió de Lymington (Ingraterra) a Newport (EEUU) en octubre, tardando 68 días, a una media de 1.78 nudos (su pico de velocidad en condiciones óptimas es de 8 nudos). Aquí podéis ver sus trayectorias:




El dron lleva instrumentos meteorológicos y oceanográficos para medir el viento, la temperatura del aire y del mar, la presión atmosférica, las olas, la salinidad y acidez del mar, el contenido de CO2, la irradiación solar, etc, todo ello para cuantificar la intensidad del cambio climático y sus efectos. Lleva hasta un medidor de la intensidad de las corrientes marinas basado en el efecto Doppler, que se usa también en medicina para medir los flujos sanguíneos. Los resultados los envía a los investigadores en tierra casi en tiempo real.

El dron es lo que los anglosajones llaman un USV (Unmanned surface vehicle) mide 7 metros de eslora, menos de un metro de manga, y cala 2,5 metros. Su desplazamiento es de 750 Kg. Se prevé que para el año 2020 haya al menos 50 unidades navegando por los océanos, o sea que empiezan a ser un riesgo a contemplar en nuestras navegaciones. No es como los veleros con foils de los que hablé otro día, pero no deja de ser un "barco" tan grande como el Corto Maltés navegando sin tripulantes a 8 nudos (!). En la segunda foto, amarrado a un pantalán, podéis ver que más que a un barco se parece a un torpedo, y ahora imaginadle navegando a 8 nudos hacia vosotros sin nadie dentro. Y están proyectando unidades más grandes. A ello se añade que sus investigaciones van a empezar a realizarse en rutas costeras, cerca de las líneas de navegación, por lo que cada vez será más frecuente que nos crucemos con ellos. La actitud deberá ser de apartarse en cuanto los divisemos, para evitar la colisión.

¡Con cuidado, navegantes!.



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