Esta es la dibucarta de réquiem por la isla de Escombreras que hice durante la vuelta a España, tomada del capítulo 15 del libro:
Se empieza a leer en el hombro derecho y dice:
“Hola navegantes. Como habéis aprendido en el blog una isla también puede morir. Basta abandonarla a la codicia de una empresa petrolera y dejar que la integren en un muelle como quien enjaula a un pájaro. Esta dibucarta es un réquiem por la Isla de Escombreras que ya no tiene ningún futuro. Snif!!”.
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