(largas travesías en un modesto velero de 6 metros, y otras menudencias).
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sábado, 9 de abril de 2016
¿Y ahora qué hago?.
Pues nada, esperar un poco que se endereza solo.
Los veleros están pensados para enderezarse solos hasta escoras incluso mayores de 90º, que es la que tiene el de la foto (el palo está horizontal en vez de vertical). El peso de la quilla los endereza como un tentetieso. Si os fijais, ni siquiera le entra agua a la camareta, que con escoras de 90º queda por encima del agua.
Lo malo es si viene otra ola y te le tumba más todavía, hasta un punto en que el palo quede debajo del agua y la quilla encima (un vuelco de 180º). Pero aún así la situación sólo dura unos minutos, pues es un equilibrio inestable (la quilla pesa mucho más que el palo) y otra ola termina por sacarle de ese equilibrio inestable y le endereza. Pero claro, después de un giro de 360º el interior queda hecho un cafarnaún y muchas veces se rompe el palo, lo que te obliga a pedir rescate o seguir con un aparejo de fortuna (se llama así a hacerte un nuevo palo y una nueva vela con los restos del anterior o con la botavara o el tangón).
Un caso aparte son los catamaranes y trimaranes, que son más estables volcados que enderezados debido a su gran manga (anchura). Si vuelcan sólo pueden enderezarse con ayuda de una grúa, y por lo tanto si vuelcan en altamar están condenados. Hay que remolcarlos a puerto boca abajo y allí utilizar una grúa, aunque si no se les ha roto el palo en el vuelco suele romperse al entrar a puerto y tocar con el fondo.
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