Es habitual llevarlo colgado del cuello para tenerlo a mano, y al no usarlo se queda pegado a las gafas si éstas se llevan también colgadas. Por otra parte, se usa acercándolo al ojo, momento en el que el compás queda a uno o dos centímetros del puente de las gafas:
Las modernas gafas de cerca que se separan por la mitad, se unen con un potente imán de neodimio a nivel del puente. Es bastante obvio que interfieren con la aguja magnética del compás, dando una lectura equivocada, pero ¿de cuántos grados?.
He hecho la prueba con una brújula clásica para que se vean mejor los grados de desviación. Aquí en reposo:
Al acercar las gafas por el Oeste la desviavión es de unos 60 º hacia el Oeste:
Y al acercarlas por el Este, de unos 120 º hacia el Oeste:
O sea, unas desviaciones impresionantes, tan grandes que no pasarían desapercibidas. Me preocupa más lo impredecibles que son, y que podrían ser menores (y por lo tanto pasar desapercibidas y dar errores de navegación) si se toma la marcación con las gafas colgadas, o si se cuelgan o depositan las gafas cerca del compás de bitácora. También me preocupa que estropeen el compás si se guardan en la mesa de cartas permanentemente a su lado, o si se quedan colgadas horas y horas junto al de bitácora.
Por eso yo lo tengo claro: o te haces una tablilla de desvíos de las gafas, o, mejor, no lleves a bordo las de imán.
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