Era un orgullo trabajar con él en Salud Pública. No le olvidemos.
(largas travesías en un modesto velero de 6 metros, y otras menudencias).
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jueves, 31 de marzo de 2016
miércoles, 30 de marzo de 2016
Por fin me salió una dibufirma decente para ... Pablo
Tengo que reconocer lo mismo que en la entrada del 27 de marzo dije de Lucas. ¡Qué vergüenza haber tirado la toalla tan pronto!. Incluso había dicho que con el nombre "Pablo" era imposible hacer un velero y le había condenado con una barcaza del Misisipi. Aunque algo tarde, aquí está la buena (la última, claro):
martes, 29 de marzo de 2016
Tonterías que te hacen más cómoda la vida a bordo.
La vida en un barco de 6 metros es muy espartana, qué duda cabe. Por eso pequeños detalles te la facilitan mucho. El año pasado en Bretaña, que nos chupamos tantos diluvios, era incomodísimo cada vez que entrábamos con los trajes de agua mojados y no había dónde tenderlos a secar. Además dejaban el suelo mojado, y por lo tanto resbaladizo, lo que lo hacia peligroso al escorar. Hemos atornillado unas perchas en el pañol del baño para ponerlos allí a escurrir. Son los tiradores reciclados de un armario que cambiamos en casa, pero hacen su función perfectamente. El agua que gotee se drenará a la sentina, aunque a lo mejor también le ponemos un plástico en el suelo, porque es de moqueta y aunque termine drenando la moqueta se empapa:
Como cada vez vamos necesitando todos más gafas, el gafero se había quedado pequeño y hemos puesto otro en la repisa de babor, la zona de "los invitados". Además como está hecho con el regalito de los grumetillos de 2011, nos acordaremos de ellos en las navegaciones:
Había comprobado que el compás de marcaciones, que habitualmente guardo en la mesa de cartas, se desviaba hasta 45º por la cercanía de objetos metálicos que también se guardan allí (las llaves, la navaja, la linterna, etc). Aunque al usarlo lo alejas de todos esos objetos y marca bien, me preocupaba que de estar allí, sometido a ese desvío todos los días del año, se terminase afectando su buen funcionamiento. Por eso le he adaptado un estuchito colgado bien lejos de toda esa chamarilería, cerca del techo de la cabina:
Finalmente, voy a aprovechar los tensores que refuerzan los obenques por dentro para poner unas bolsitas que sirvan de vaciabolsillos para todas las cosas pequeñas, que si no tienen un sitio fijo donde guardarlas se acaban perdiendo (MP3, pendrive, cargadores varios, llaves, monedas, etc):
Por otra parte mi amigo Daniel, que me acompañará en la navegación de vuelta, me ha mandado este reportaje sobre Sète, que está de fiesta estos días. Aunque para nosotros es mejor ir sin festejos, para que no haya problema para encontrar sitio de amarre:
http://www.nauticayyates.com/escale-a-sete-la-fiesta-de-las-tradiciones-marineras/
Como cada vez vamos necesitando todos más gafas, el gafero se había quedado pequeño y hemos puesto otro en la repisa de babor, la zona de "los invitados". Además como está hecho con el regalito de los grumetillos de 2011, nos acordaremos de ellos en las navegaciones:
Había comprobado que el compás de marcaciones, que habitualmente guardo en la mesa de cartas, se desviaba hasta 45º por la cercanía de objetos metálicos que también se guardan allí (las llaves, la navaja, la linterna, etc). Aunque al usarlo lo alejas de todos esos objetos y marca bien, me preocupaba que de estar allí, sometido a ese desvío todos los días del año, se terminase afectando su buen funcionamiento. Por eso le he adaptado un estuchito colgado bien lejos de toda esa chamarilería, cerca del techo de la cabina:
Por otra parte mi amigo Daniel, que me acompañará en la navegación de vuelta, me ha mandado este reportaje sobre Sète, que está de fiesta estos días. Aunque para nosotros es mejor ir sin festejos, para que no haya problema para encontrar sitio de amarre:
http://www.nauticayyates.com/escale-a-sete-la-fiesta-de-las-tradiciones-marineras/
lunes, 28 de marzo de 2016
Para ver las fotos del libro "Carpe Diem. Vela solidaria en Santander".
Muchos me habéis pedido que pusiera en el blog algunas fotos del libro de nuestra actividad de vela solidaria con los niños de oncología de Valdecilla, igual que hice con el de la vuelta a España del Corto Maltés. Me ha costado porque he tenido que seleccionar las fotos de 13 años (más de 4.000) agruparlas por capítulos y anonimizar las imágenes de los niños. Pero aquí están:
https://www.dropbox.com/sh/3z61parfrm8i3f1/AADqhKMChEjCYo1Df3J_S_BJa?dl=0
Además las dejaré con una entrada permanente en la columna derecha del blog.
No están todos los capítulos del libro porque algunos no llevan imágenes. Empiezan en el capítulo 2. Las primeras del capítulo 16, "Nuestras normas de seguridad", corresponden a la comprobación que hicimos de si habían aprendido nuestras normas de seguridad, cuando tiramos a una niña al agua (con permiso de sus padres). Podréis ver que lo hizo todo bien: esperó en el sitio a que volviéramos a recogerla, agarró el aro salvavidas y le puso vertical para señalizarse mejor en el agua, no nadó hacia el barco cuando estaba cerca sino que se agarró al flotador que le echamos amarrado por la popa (una defensa) y lo mejor es la cara de divertida con que volvió a bordo. Sospechamos que ya se lo imaginaba por la cantidad de ropa seca de repuesto que le habían puesto ese día.
Espero que os gusten.
https://www.dropbox.com/sh/3z61parfrm8i3f1/AADqhKMChEjCYo1Df3J_S_BJa?dl=0
Además las dejaré con una entrada permanente en la columna derecha del blog.
No están todos los capítulos del libro porque algunos no llevan imágenes. Empiezan en el capítulo 2. Las primeras del capítulo 16, "Nuestras normas de seguridad", corresponden a la comprobación que hicimos de si habían aprendido nuestras normas de seguridad, cuando tiramos a una niña al agua (con permiso de sus padres). Podréis ver que lo hizo todo bien: esperó en el sitio a que volviéramos a recogerla, agarró el aro salvavidas y le puso vertical para señalizarse mejor en el agua, no nadó hacia el barco cuando estaba cerca sino que se agarró al flotador que le echamos amarrado por la popa (una defensa) y lo mejor es la cara de divertida con que volvió a bordo. Sospechamos que ya se lo imaginaba por la cantidad de ropa seca de repuesto que le habían puesto ese día.
Espero que os gusten.
domingo, 27 de marzo de 2016
Por fin me salió una dibufirma decente para Lucas.
Estaba preocupado porque, según mi propia teoría, le habría elegido mal el nombre. Así que no he parado hasta hacerle una dibufirma que me gustara. Las primeras no me dejaron satisfecho. He aquí toda la serie, espero que la última sea la definitiva:
viernes, 25 de marzo de 2016
Un tercer Mar Menor en Francia.
En efecto, se trata del Etang de Leucate, está antes que el de Thau que os comenté hace unos días, y es también como el triple de la bahía de Santander. Tal vez sea nuestra primera escala porque está a treintaitantas millas de Llançá, también se puede entrar a él sin desarbolar, y será bonito conocerle a vela. No está comunicado con el Canal de Midi, como el de Thau, o sea que por el de Leucate no pasaremos en ningún caso a la vuelta.
Se entra a él bajo un puente que tiene 18 metros de altura bajo los vanos, o sea que con el Corto Maltés podemos pasar. Su calado oscila entre 1 y 3 metros por lo que tendremos que navegar con la orza subida.
Tiene dentro una islita, la Isla de Vy o Isla de Los Pájaros, como la de Arcachon. Muchas islas en el mundo tienen nombre derivados de los animales que las habitan o las han habitado: “de los Ratones”, “Cabrera”, “Conejera” o “de los Conejos”, “Dragonera” (por los lagartos), “Galápagos”, “Corbera” (por los cormoranes que también se llaman “cuervos de mar”), “Isla de los Cerdos” en las Bahamas (son cerdos que saben nadar y vienen a mariposear alrededor de los barcos fondeados), “Isla de los Caballos” en Canadá (una curiosísima isla con forma de uña recortada, a 200 kilómetros de la costa y que curiosamente está poblada por unos cuatrocientos caballos salvajes) etc. En la propia Bretaña Francesa donde navegamos el año pasado hay otra “Isla de los Caballos” al Oeste de la entrada al Golfo de Morbihan, actualmente deshabitada, pero cubierta hierba que en tiempos se usó como pasto para manadas de caballos, y de ahí su nombre. Las islas que han tenido ratas se debe a desembarcos cuando los exploradores arribaban procedentes de puertos infestados, pero los conejos, cabras, y hasta cerdos, los dejaban adrede para que se reprodujeran y poder cazarlos como fuente de alimento en desembarcos sucesivos. La Isla de los Pájaros obviamente se llama así porque allí anidan las gaviotas y otras aves marinas:
En la lengua de arena que separa L'Etang de Laucate del Mediterráneo hay un barco mercante varado, el Lydia, que desde hace décadas se usa como restaurante o casino en vez de haberlo achatarrado:
El Etang de Leucate se explota también para cultivo de ostras, pero en una zona de muy pequeña extensión. La principal limitación para recorrerlo es su escaso calado. Otra ventaja de los veleros pequeños y con orza abatible. ¡Cuántas cosas!.
Se entra a él bajo un puente que tiene 18 metros de altura bajo los vanos, o sea que con el Corto Maltés podemos pasar. Su calado oscila entre 1 y 3 metros por lo que tendremos que navegar con la orza subida.
Tiene dentro una islita, la Isla de Vy o Isla de Los Pájaros, como la de Arcachon. Muchas islas en el mundo tienen nombre derivados de los animales que las habitan o las han habitado: “de los Ratones”, “Cabrera”, “Conejera” o “de los Conejos”, “Dragonera” (por los lagartos), “Galápagos”, “Corbera” (por los cormoranes que también se llaman “cuervos de mar”), “Isla de los Cerdos” en las Bahamas (son cerdos que saben nadar y vienen a mariposear alrededor de los barcos fondeados), “Isla de los Caballos” en Canadá (una curiosísima isla con forma de uña recortada, a 200 kilómetros de la costa y que curiosamente está poblada por unos cuatrocientos caballos salvajes) etc. En la propia Bretaña Francesa donde navegamos el año pasado hay otra “Isla de los Caballos” al Oeste de la entrada al Golfo de Morbihan, actualmente deshabitada, pero cubierta hierba que en tiempos se usó como pasto para manadas de caballos, y de ahí su nombre. Las islas que han tenido ratas se debe a desembarcos cuando los exploradores arribaban procedentes de puertos infestados, pero los conejos, cabras, y hasta cerdos, los dejaban adrede para que se reprodujeran y poder cazarlos como fuente de alimento en desembarcos sucesivos. La Isla de los Pájaros obviamente se llama así porque allí anidan las gaviotas y otras aves marinas:
En la lengua de arena que separa L'Etang de Laucate del Mediterráneo hay un barco mercante varado, el Lydia, que desde hace décadas se usa como restaurante o casino en vez de haberlo achatarrado:
El Etang de Leucate se explota también para cultivo de ostras, pero en una zona de muy pequeña extensión. La principal limitación para recorrerlo es su escaso calado. Otra ventaja de los veleros pequeños y con orza abatible. ¡Cuántas cosas!.
miércoles, 23 de marzo de 2016
Dibufirma del velero TURBÓN.
Por los viejos tiempos, Higinio.
Postdata: Y siguiendo la explicación de los comentarios en la entrada de ayer, fíjate qué bien hubiera quedado la dibufirma del 420 abandonando su boya de fondeo si en vez de TURBÓN le hubiérais llamado, por ejemplo, ALADINO:
Está claro que algunos nombres le van bien a algunos barcos y otros no. A veces un barco parece predestinado a tener un nombre determinado, y yo creo que es una elección inconsciente. Algo similar a encontrar pareja. Pero bueno, es una simple opinión y puedo estar equivocado.
martes, 22 de marzo de 2016
L'Étang de Thau, el Mar Menor en Francia.
Hola navegantes. Uno de nuestros primeros destinos será el Étang de Thau, en la costa Sur de Francia. Forma parte de la Southern Inland Waterway, esa sucesión de lagunas interiores unidas por canales que corre paralela a la línea de costa por el Sur de Francia. Es la ruta que cogeremos a la vuelta, pero entonces ya habremos desarbolado y nos apetecía conocer también este mar interior a vela.
Es un mar interior, como el Mar Menor de Murcia, unas tres veces más grande que la bahía de Santander, comunicado con el Mediterráneo en Sète a través de un canal con 5 puentes levadizos. Está dedicado monográficamente al cultivo de ostras, como la bahía de Arcachon que visitamos en 2014 y 2015. Su peculiaridad es que en lugar de cutivarlas horizontalmente en el fondo, lo hacen en líneas verticales como las mejilloneras en Galicia. Una gran parte de su superficie está dedicada a este cultivo, pero queda una gran zona navegable con 6 puertecitos, entre otros el de Sète, que es como una pequeña Venecia surcado de canales.
Todo este mar tiene sólo entre 2 y 5 metros de calado, lo que le hace muy poco frecuentado por los navegantes. Además, y aunque en el Mediterráneo no haya mareas, cuando sopla mantenido del Norte el nivel de agua puede bajar hasta medio metro, con lo que el calado de los puertos (la mayoría están en la orilla Norte) se queda en 1,5 metros o menos. Con el pequeño calado del Corto Maltés (70 cm) podremos recorrerlo entero. Por otra parte hay una esquina de L'Ètang (no os diré cuál) donde aún viven cabalitos de mar y, aunque está prohibido el fondeo, pueden verse buceando. ¡Qué ganas!.
Por otra parte, aún no me ha contestado el director de la prisión de Gorgona.
Es un mar interior, como el Mar Menor de Murcia, unas tres veces más grande que la bahía de Santander, comunicado con el Mediterráneo en Sète a través de un canal con 5 puentes levadizos. Está dedicado monográficamente al cultivo de ostras, como la bahía de Arcachon que visitamos en 2014 y 2015. Su peculiaridad es que en lugar de cutivarlas horizontalmente en el fondo, lo hacen en líneas verticales como las mejilloneras en Galicia. Una gran parte de su superficie está dedicada a este cultivo, pero queda una gran zona navegable con 6 puertecitos, entre otros el de Sète, que es como una pequeña Venecia surcado de canales.
Todo este mar tiene sólo entre 2 y 5 metros de calado, lo que le hace muy poco frecuentado por los navegantes. Además, y aunque en el Mediterráneo no haya mareas, cuando sopla mantenido del Norte el nivel de agua puede bajar hasta medio metro, con lo que el calado de los puertos (la mayoría están en la orilla Norte) se queda en 1,5 metros o menos. Con el pequeño calado del Corto Maltés (70 cm) podremos recorrerlo entero. Por otra parte hay una esquina de L'Ètang (no os diré cuál) donde aún viven cabalitos de mar y, aunque está prohibido el fondeo, pueden verse buceando. ¡Qué ganas!.
Por otra parte, aún no me ha contestado el director de la prisión de Gorgona.
domingo, 20 de marzo de 2016
sábado, 19 de marzo de 2016
miércoles, 16 de marzo de 2016
Novedades de Gorgona, y los cofres del Corto Maltés.
Bueno, hay que reconocer que los italianos en este caso están siendo muy diligentes. Ya me han
contestado que de momento no se puede desembarcar en Gorgona más que
con visitas guiadas que salen de Livorno los fines de semana. Se sale a
las 7:45 y se vuelve a las 19:30. Toda la isla es el propio recinto
carcelario y no se puede circular por ella solo. No se permiten cámaras
ni teléfonos, que te confiscan al llegar. El recorrido por la isla es de
8 Km en 3 horas.
Ahora he escrito al director de la cárcel a ver si puede hacer alguna
excepción, y en cualquier caso que retenga mi petición por si en los
próximos 3 meses, hasta que lleguemos al archipiélago Toscano,
decidieran autorizar los desembarcos particulares. Ya os contaré el
final del culebrón.
Por otra parte Guillermo me preguntó hace dos días por la capacidad de estiba del Corto Maltés. Ya le dije que si algo caracteriza al Tonic 23 es precisamente su enorme habitabilidad y
capacidad de estiba para su eslora de seis metros y pico. Hemos convivido 4 personas por periodos largos, con el equipaje y la comida de los 4, sin
problemas. Guillermo, van una fotos para que te hagas una idea:
martes, 15 de marzo de 2016
A lo mejor también podemos ir a la Isla de Gorgona.
Mi amigo Daniel, que me acompañará en la navegación de vuelta del Archipélago Toscano este verano, me ha mandado esta esperanzadora noticia:
Archipiélago Toscano: La isla de Gorgona se abre al turismo tras 150 años de aislamiento.
(13/3/16) Inusual noticia para los amantes del crucero y de los espacios naturales:
Hay una nueva isla por visitar en el Mediterráneo occidental. La pequeña Gorgona, la más septentrional de las islas toscanas y cerrada a las visitas públicas desde 1869, abre sus puertas. Englobada en el Parque Natural del Archipiélago Toscano, Gorgona alberga un penal agrícola y sólo tiene siete habitantes censados, todos ellos pescadores. Desde esta primavera se admiten visitas organizadas a su pequeño puerto y por los caminos alrededor de la isla. En verano está previsto habilitar alguna de sus calas para la náutica de recreo.
El acuerdo al que han llegado los responsables del Parque Natural de
las Islas Toscanas y la Dirección Carcelaria de Livorno empieza con un
servicio regular de visitas turísticas con barco desde Livorno. Estas
visitas, hasta un máximo de 75 personas por día y durante cuatro días a
la semana, podrán transitar por los caminos que recorren la pequeña isla
de Gorgona, la menor del archipiélago toscano con sus 2 x 3 km. de
tamaño y apenas 5 kilómetros de perímetros costero. De cara al verano,
se está estudiando la posibilidad de permitir el fondeo frente al puerto
y en alguna de las calas más protegidas de la isla.
Situada unas 20 millas al norte de la isla de Capraia y a casi la misma distancia de Livorno, en la ‘bota’ italiana, Gorgona es desde 1869 un penal agrícola y tanto la navegación (a menos de una milla) como los desembarcos estaban especialmente restringidos.
Antes de convertirse en penal, la isla de Gorgona fue conocida y habitada –no siempre con continuidad- desde tiempos prehistóricos. Tiene una altura máxima de 225 metros y el único núcleo habitado de la isla son las cuatro casas alrededor del pequeño puerto. Otras edificaciones de interés son la vieja torre pisana y la –algo más reciente- torre construida en tiempos de los Medici. También hay una interesante y pequeña iglesia fortificada dedicada a San Gorgonio y el actual centro penitenciario está construido sobre unas ruinas romanas.
Gorgona disfruta de una naturaleza virginal y de unas aguas espectacularmente transparentes en todo su perímetro, al haber quedado completamente al margen de los modernos desarrollos turísticos o industriales. La posibilidad de visitarla seguro que despertará la curiosidad de los amantes de los destinos inusuales y poco trillados. A fecha de hoy todavía no están completamente definidos los reglamentos de visita, que deberían estar concretados antes de la temporada estival 2016.
_________________________________________________________________________
Hasta aquí la noticia. Os aseguro que voy a ser el primero en solicitar el permiso de desembarco. De hecho, ya lo he solicitado. Cuando tenga una respuesta os lo contaré. Y si conseguimos visitarla os contaré si es buen sitio para estar preso o no.
lunes, 14 de marzo de 2016
Hasta el capítulo 20 de "Le tour de la péninsule ibérique sur un voilier de six mètres : l’aventure du Corto Maltese"
Pues sí, esto sigue los plazos previstos. Ya he recibido para corregir hasta el capítulo 20 de los 31 de que consta el libro, por lo que es muy probable que esté traducido en mayo y vea la luz este verano. Incluso es posible que aprovechemos la navegación de vuelta de la Isla de Elba, que como sabéis volveremos a atravesar Francia por el Canal de Midi, para presentar la edición francesa del libro en alguna ciudad del recorrido. Sería una experiencia sorprendente y nueva para mí. Ya os iré contando.
domingo, 13 de marzo de 2016
¿Por qué nos preocupa tanto el mistral o tramontana?
Porque no avisa. Es un viento fuerte y racheado del Norte al Noroeste que sopla en las costas del Sur de Francia, sobre todo en el Golfo de León. Se puede dar en cualquier momento del año pero es en invierno (noviembre a abril) cuando sopla con más fuerza,
alcanzando fácilmente los 50 nudos de velocidad (fuerza 10) con rachas en ocasiones
de hasta 90 nudos, y que se deja sentir hasta en Las Baleares o en Córcega. Suele durar de 3 a 6 días.
Se genera por la suma de vientos del anticiclón de las Azores (que giran en el sentido de las agujas del reloj y en Francia, por lo tanto, vienen del Norte: en rojo) con los de una borrasca que ya ha pasado y se sitúa al Este de Europa cuyos vientos giran en sentido contrario a las agujas del reloj, y atacan a Francia, por lo tanto, también desde el Norte (en azul). Estos vientos, sumados, se aceleran por efecto embudo entre las grandes cordilleras de Francia: entre el macizo Central y los Pirineos originando el mistral o tramontana de la parte occidental, y entre el Macizo Central y Los Alpes originando el mistral de la parte oriental, a la altura de Marsella (en verde).
Su peligrosidad deriva de que se presenta sin avisar, sin bajadas del barómetro o incluso subiendo ligeramente, y de que puede alcanzar en invierno características de temporal (fuerza 10) en quince minutos en mitad de un día soleado. Se puede sospechar por el cielo azul intenso (el propio viento aleja las nubes) la visibilidad muy clara, y unas nubes blancas con bordes nítidos en forma de puro o de lente encima de la costa y de las cordilleras:
Igualmente si se está en alta mar puede notarse la aparición de una línea blanca sobre el mar en el horizonte o a cierta distancia (es la espuma de las olas rompientes) y la formación de oleaje, signo de que nos llegará la tramontana en pocos minutos y de que hay que arriar todas las velas y prepararse.
Los navegantes de Cantábrico estamos acostumbrados a vientos totalmente predecibles, las borrascas que barren la cornisa cantábrica de Oeste a Este, entran por Galicia, siguen por Asturias, Cantabria y Pais Vasco a una velocidad constante y por lo tanto sabes exactamente qué dia van a llegar, con qué fuerza, y si no te conviene ese día no sales a navegar. Además se anuncian por una bajada del barómetro. El mistral se anuncia menos y por eso tendremos que estar muy atentos a los mapas de isobaras además de a los pronósticos locales en las capitanías.
Si te pilla en el mar hay que intentar llegar a puerto navegando cerca de la orilla para aprovechar su resguardo (salvo si hay montañas cerca del mar, en cuyo caso del viento descendente se acelera y es peor) y si no puedes, dar la popa al viento y correr el temporal hacia altamar, donde por suerte siempre habrá agua libre. Un refrán marinero dice que "viento de popa es medio puerto", y es cierto porque la velocidad del barco se resta de la del viento al ir en la misma dirección. Por ejemplo un mistral de fuerza 8 (38 nudos) corriéndolo a palo seco a 8 nudos, significa un viento real sobre el barco de sólo 30 nudos (fuerza 6) lo que es bastante llevadero.
Aunque el mistral no es típico del verano, creo que volveré del Mediterráneo con estrabismo, de tanto mirar con un ojo a la proa y con otro a las cordilleras que llevaremos por babor a la ida y por estribor a la vuelta, siempre pendiente de estas nubes tan bonitas pero de significado tan asustante.
viernes, 11 de marzo de 2016
Reportaje en la web de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria.
La navegación, un tratamiento complementario del cáncer pediatrico de gran efectividad.
Ramón enfermó de cáncer cuando tenía 6 años.
Escuchaba a sus padres llorar en casa y acudían al médico de forma
regular. No iba a clase y tenía que ir al hospital cada cierto tiempo a
por el tratamiento. Siempre en casa, siempre con sus padres, recibiendo
visitas de familiares muy preocupados. La primera vez que se alejó de
ellos fue para ir a navegar un sábado por la bahía de Santander. Allí
conoció a Juan, un niño mayor de 12 años con una cara redonda y la
cabeza totalmente calva. A Paloma, una niña que murió después de recaer
en la enfermedad. Y a Sandra, una chica con 13 años que tenía el pelo
muy corto porque le estaba creciendo. En los barcos salían a navegar
todos sin padres. solo acompañados de un médico y el patrón, que era el
que les iba enseñando cómo manejar la embarcación. Aprendían también a
trabajar en equipo, a superar los problemas para manejar el barco y a
superar algunos miedos. Pasaban la semana deseando que llegase el sábado
para poder volver a salir a navegar en el proyecto Carpe Diem. Ninguno
de estos nombres corresponde a los niños que los protagonizaron.
El proyecto ‘Carpe Diem’ es una iniciativa del pediatra cántabro
Álvaro González de Aledo, “aprovechar el momento es una frase que recoge
muy bien la forma de vida del que tiene una enfermedad grave” dice.
¿Cómo surgió esta iniciativa?
Surge de mi doble condición de pediatra y navegante. En el año 2003,
comencé a tener algo más de tiempo libre y les propuse a los compañeros
del departamento de Hematología del Hospital de Valdecilla este
proyecto. El primer año tuvieron ciertas dudas, pero al ver el resultado
tan bueno que ha tenido y lo que beneficia a los niños, se ha seguido
haciendo todos los años. Hemos contado con la ayuda del Servicio de
Hematología y de la que era encargada del servicio la Dra. Encarna
Bureo, una persona muy apreciada y con mucha dedicación que colaboró
desde el principio.
La Sociedad Española de Hematología y Onocolgía Pediátrica va a reconocerles en su congreso ¿Es así?
Efectivamente, el IX Congreso de esta Sociedad se va a celebrar en
Santander entre el 19 y el 21 de mayo, y además de reconocer el proyecto
Carpe Diem eligiendo como imagen del mismo uno de nuestros barcos en la bahía de
Santander reconocerá la labor de la Dra. Encarna Bureo.
¿Es extraño ver esta actividad en un Congreso de Oncología pediátrica?
En cierto modo sí, pero también nos gusta entender que este es un
tratamiento terapéutico complementario que colabora en la mejoría del
paciente. Cada año al acabar realizamos una encuesta y evaluamos el
estado físico de los niños. Alrededor del 95% de los padres valora que
la actividad ha contribuido a mejorar su estado físico o de ánimo. El
cáncer no se les cura, pero el ánimo es esencial en su forma de afrontar
esta enfermedad.
¿Cómo lo tomaron los padres de los niños?
Fueron los más reticentes. Los niños enfermos están siempre muy
protegidos y llevarlos al mar, en un entorno desconocido, lejos de
ellos, siempre les da algo de miedo, pero cuando ven las caras de
ilusión de sus hijos al volver y su deseo de que llegue el siguiente
sábado para navegar, siempre acaban rindiéndose a la evidencia. Al año
siguiente, el boca a boca entre los niños era ya constante y nos
preguntaban cuándo era la primera salida del año. Cada año antes de
empezar les explicamos todo lo que hacemos y rellenan una ficha. Les
decimos que siempre habrá un médico en cada barco y a veces contamos con
la colaboración de la Cruz Roja.
Pero esto es una iniciativa privada ¿Cómo puede hacer esto usted sólo?
No, desde el primer día me ha ayudado la familia y el primer año ya
salíamos 4 barcos. Ahora cada año contamos con una decena de navegantes
que se suma a las excursiones y en estos 13 años han pasado ya 103 niños
por 42 barcos y más de 200 navegaciones. Como vamos a vela, el gasto es
mínimo. En cada barco va en todo momento el patrón y un médico.
Aportamos nuestro tiempo, nuestra ilusión y nuestros barcos y salimos
ganando, al ver las sonrisas y la ilusión de los niños.
¿En qué consiste una jornada de navegación?
¿Qué edades de niños participan?
Pues desde los 3 años a adolescentes. Es una convivencia. Los más
pequeños aprenden a moverse por el barco y disfrutan jugando, pero los
mayores aprenden más cosas de navegación. Son esponjas y preguntan
mucho, quieren saber y aprenden a manejar el barco y a ser totalmente
autónomos en el mar. Algunos han acabado aprendiendo a navegar en vela
ligera o apuntándose a remar en traineras.
¿Qué les aporta a estos niños la actividad?
Para muchos es casi el único momento de autonomía en el que pueden
estar fuera de la vigilancia de sus padres. Pero también les aporta
estar mezclados, niños que están en plena quimioterapia, con niños que
ya están recuperados. Los que están peor agradecen mucho estar con niños
que ya han pasado la quimioterapia, les ha crecido el pelo y van al
colegio como cualquier niño. Ellos hablan con mucha naturalidad de sus
tratamientos y de sus sensaciones. Se dan mucha esperanza y comparten
ilusiones. También aprenden a trabajar en equipo y valores como la
solidaridad, la generosidad y la valentía. Les enseña a superarse y a
mejorar.
Pero a veces supongo que también tendréis momentos duros ¿no?
Supongo que no sólo será duro para los niños.¿No?
Claro. Les tomamos tanto cariño como si fueran de la familia. Los ves
muy a menudo, pasamos con ellos momentos buenos y no tan buenos. A
veces tenemos que animarles, arrancarles una sonrisa cuando su moral no
está tan alta. La relación es muy íntima. Por ello cuando hemos sufrido
alguna baja lo sufrimos todos. Por suerte no han sido muchas.
Hemos dicho que la actividad es gratuita y que los costes los
asumen los navegantes, con sus barcos y su tiempo. Pero estos
les compensa en satisfacción ¿No?
Desde luego. Esta actividad te enseña a disfrutar de la vida. Carpe Diem .
Conviene valorar el presente y no posponer las cosas a un futuro
lejano, porque seguramente no podamos llevarlo a cabo. Esto
lo interpreto de una forma solidaria. No somos ricos , pero tenemos una
afición que nos llena y compartimos algo de nuestro tiempo. Una niña de
12 años que había pasado una leucemia llegó a afirmar que esta actividad
le había aportado tanto que le había merecido pasar la enfermedad por
haberla hecho. Eso no se me puede olvidar en la vida.
¿Esta iniciativa ha tenido imitadores en España?
La escala Beaufort en cómic.
Un tal "Roger Rabbit" la ha traducido del inglés en La Taberna del Puerto y con su permiso la reproduzco.
La escala Beaufort es con la que medimos la fuerza del viento los marinos. Yo por ejemplo con el Corto Maltés, sólo voy a gusto con hasta fuerza 5 cuando viene de cara, más de eso es un muro de viento imposible de franquear con ese barquito. Cuando viene por la popa podemos navegar con un poco más de viento (fuerza 6) pero preferimos no hacerlo porque te arriesgas a que se rompa algo. Pero claro, a veces te sorprenden condiciones inesperadas cuando ya estás en altamar y no te queda más remedio que afrontarlo. No todo es controlable en el mar. Y además la fuerza se refiere al promedio de las rachas, lo que quiere decir que con cualquier viento hay rachas aisladas que aumenta la fuerza promedio en uno o dos grado de Beaufort.
Os recuerdo que hasta fuerza 8 sirve esta equivalencia:
Velocidad del viento en nudos = (fuerza Beaufort x 5) - 5.
La escala Beaufort es con la que medimos la fuerza del viento los marinos. Yo por ejemplo con el Corto Maltés, sólo voy a gusto con hasta fuerza 5 cuando viene de cara, más de eso es un muro de viento imposible de franquear con ese barquito. Cuando viene por la popa podemos navegar con un poco más de viento (fuerza 6) pero preferimos no hacerlo porque te arriesgas a que se rompa algo. Pero claro, a veces te sorprenden condiciones inesperadas cuando ya estás en altamar y no te queda más remedio que afrontarlo. No todo es controlable en el mar. Y además la fuerza se refiere al promedio de las rachas, lo que quiere decir que con cualquier viento hay rachas aisladas que aumenta la fuerza promedio en uno o dos grado de Beaufort.
Os recuerdo que hasta fuerza 8 sirve esta equivalencia:
Velocidad del viento en nudos = (fuerza Beaufort x 5) - 5.
jueves, 10 de marzo de 2016
miércoles, 9 de marzo de 2016
No podremos ver todas las islas, pero sí muchas.
Este va a ser el primer viaje del Corto Maltés por carretera, espero que sea el primero de una serie porque una de las ventajas de los veleros pequeños es la facilidad en cambiar de plano de navegación. Eso sí, la navegación por carretera también tiene sus riesgos:
Ya he contactado con los responsables del Parque Nacional del Archipiélago Toscano y me han actualizado la información de la navegación pos sus aguas. Es el parque marino protegido más grande de Europa, que tutela 56.000 hectáteas de mar y 17.000 de tierra. Incluye las 7 islas principales y algunos islotes. Cada isla tiene su historia y su diversidad, varias han sido colonias penitenciarias y se pueden visitar las cárceles, donde estuvieron detenidos personajes históricos.
Hay tres que no se pueden visitar: Montecristo, Gorgona y Pianosa. Una sorpresa lo de Gorgona, porque según la guía Imray sí se podría visitar. Pero en las restantes (Elba, Capraia, Giannutri, y Giglio) sí, y desde luego que sólo esas cuatro merecen el viaje. Giglio es en la que encalló el Costa Concordia en 2012, que todavía se sigue viendo en las imágenes del satélite:
aunque fue reflotado y luego achatarrado en 2014. La operación de reflotamiento y evacuación costó cerca de 1.000 millones de euros, y al capitán le cayeron 16 años de cárcel (murieron 32 personas).
Espero afinar más que el Costa Concordia al entrar a Giglio.
Además hay otras 17 islas o islotes en el trayecto hasta allí, sobre todo en el entorno de Marsella, Hyéres y Cannes, muchas de las cuales esperamos explorar.
Ya he contactado con los responsables del Parque Nacional del Archipiélago Toscano y me han actualizado la información de la navegación pos sus aguas. Es el parque marino protegido más grande de Europa, que tutela 56.000 hectáteas de mar y 17.000 de tierra. Incluye las 7 islas principales y algunos islotes. Cada isla tiene su historia y su diversidad, varias han sido colonias penitenciarias y se pueden visitar las cárceles, donde estuvieron detenidos personajes históricos.
Hay tres que no se pueden visitar: Montecristo, Gorgona y Pianosa. Una sorpresa lo de Gorgona, porque según la guía Imray sí se podría visitar. Pero en las restantes (Elba, Capraia, Giannutri, y Giglio) sí, y desde luego que sólo esas cuatro merecen el viaje. Giglio es en la que encalló el Costa Concordia en 2012, que todavía se sigue viendo en las imágenes del satélite:
aunque fue reflotado y luego achatarrado en 2014. La operación de reflotamiento y evacuación costó cerca de 1.000 millones de euros, y al capitán le cayeron 16 años de cárcel (murieron 32 personas).
Espero afinar más que el Costa Concordia al entrar a Giglio.
Además hay otras 17 islas o islotes en el trayecto hasta allí, sobre todo en el entorno de Marsella, Hyéres y Cannes, muchas de las cuales esperamos explorar.
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