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domingo, 12 de mayo de 2024

Volcar o no volcar.

Hola navegantes. 

 Volcar es lo segundo peor que le puede pasar a un velero de crucero, por detrás del hundimiento y al mismo nivel que el incendio.

 Un velero puede volcar de dos formas: de lado o por la proa. 

1) El vuelco de lado es el más habitual, cuando la escora supera su capacidad de adrizamiento o cuando un a ola rompiente le golpea de lado. Ya os dije que es suficiente una ola cuya altura sea el 30% de la eslora del barco para volcarlo.


2) El vuelco por la proa, o "pasar por ojo" es mucho más excepcional. Sólo ocurre con las olas  monstruosas de los cuarenta rugientes (las altas latitudes del hemisferio Sur) y en las olas rompientes de las entradas de los ríos. Cuando esas olas te vienen por la popa, en la bajada de una de ellas el barco puede coger tanta velocidad que la adelante, y "pinche" a la que lleva delante. Entonces la proa se frena en seco y la popa se eleva, volcando hacia delante.

Para evitar el vuelco por la proa de llevan rastras o un ancla de capa por la popa para frenar el barco, como os expliqué aquí:

Clic aquí. 

 En los dos casos las consecuencias peores son la rotura del palo, la inundación parcial y la proyección de todos los objetos sueltos del interior (ollas, cuchillos, herramientas, líquidos, botella de gas de la cocina,  etc.) que dejan  malherido a cualquiera que se encuentre dentro, la pérdida de los tripulantes de cubierta si no llevan el arnés o su ahogamiento si lo llevan y quedan atrapados debajo del agua, etc. Los tripulantes que han quedado atrapados dentro suelen quedar impresionados por el silencio que sobreviene en el barco volcado (deja de oírse el rugir del viento en la jarcia y el romper de las olas) y la blandura de su  nuevo suelo (están andando sobre lo que antes era el techo de la cabina, donde la fibra es más fina y ondula con los  movimientos del mar).

En los  monocascos es habitual que otra ola los enderece, por el peso de la quilla al aire, pero en los trimaranes y catamaranes eso no ocurre nunca, ya que son más estables boca abajo que en su posición normal. Por eso llevan trampillas de evacuación para poder salir al exterior con el barco volcado.

 Una vez enderezado el barco vuelves al mundo exterior, más penoso que el silencio del que sales, para enfrentar nuevos problemas. Porque los restos del palo quedan unidos al barco por la jarcia, y en mitad del temporal golpean contra el casco y la cubierta y pueden hacerle una vía de agua.Por eso es básico llevar, en el material de seguridad, una cizalla para cortar los cables y una VHF portátil, ya que la antena de la principal (en el palo) se arranca con el vuelco. Y luego queda, por supuesto, rescatar a los que han caído al agua, atender a los heridos, achicar la inundación, y colocar lo mejor posible el cafarnaún del interior.

Por contra, en la vela ligera el vuelco no sólo no es un drama sino que a veces, en las escuelas de vela, se les obliga a volcar para practicar la maniobra de desvolcado. Aquí no se pierde nada, el palo no se rompe, los niños salen nadando riéndose con carcajadas líquidas, y aprenden a subirse sobre el casco volcado, hacer palanca colgándose de la orza, y saltar en el último momento para no quedarse debajo del barco. Y a veces hasta aprovechan para hacerse fotos:

Dos consecuencias muy diferentes según la vela que se practique.

 Con cuidado, navegantes.

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