El segundo peligro en la vuelta a Francia serán las barras de los ríos. Son los bancos de arena que se forman en la desembocadura, en los que disminuye la profundidad y cambian constantemente. Como vamos a meternos en varios ríos serán una amenaza permanente. Una barra se forma por la oposición de la fuerza del mar, representada por las olas de mar de fondo (que en la costa atlántica vienen del Oeste) y la marea creciente, y la fuerza de la corriente del río, que en estos ríos viene del Este. Allí se producen constantemente remolinos que hacen depositarse la arena, y lo mismo ocurre en los puertos situados cerca de la desembocadura. La barra hace que en bajamar la entrada se seque, a media marea (cuando queda cubierta) hace que las olas rompan sobre ella, y sólo en pleamar y con poca ola se puede pasar por encima. A veces dejan un canal de entrada permeable que debe estar balizado, pero aún así existe riesgo pues cada temporal puede variar el trayecto del paso, y no siempre el balizamiento está actualizado.
Los errores a evitar:
- Intentar pasar una barra sin conocer el lugar y sin pedir ayuda. Lo más lógico es dirigirse por VHF al faro local para conocer las condiciones del paso, si han cambiado en los últimos temporales, si el balizamiento está actualizado, en resumen, si es seguro entrar con las condiciones del momento. Normalmente se ofrecen a dirigirte siguiéndote por el radar y dándote instrucciones por la radio. Si eres muy confiado también puedes seguir a un barco local que esté entrando, pero yo no lo aconsejo porque su calado puede ser mucho menor que el del velero.
- No tener en cuenta el valle de la ola para descontarlo de calado. Si una barra tiene dos metros de calado en el momento en que nos presentamos frente a ella, y el mar de fondo son olas de 1 metro, en el valle de la ola el calado es medio metro menos (sólo de 1,5 metros) y el barco puede clavar la quilla en el fondo.
- Arriesgarse a pasar con viento fuerte. En este caso se formarán olas rompientes peligrosas en los bajos fondos.
- Arriesgarse a pasar en el momento en que las corrientes que se oponen son más fuertes, lo que suele ocurrir al final de la bajamar y con viento del Oeste (la fuerza de la corriente del río más la marea vaciante contra el mar de fondo y el viento). Además es cuando el calado es menor, y con más probabilidad las olas serán rompientes.
- Intentar dar media vuelta en mitad del paso con olas rompientes. Una vez afrontado hay que tirar para dentro pase lo que pase, porque dar media vuelta con rompientes conduce casi irremisiblemente al vuelco.
Las principales barras que nos encontraremos en la vuelta a Francia serán:
- Las bocas de Arcachon: el tercer paso más peligros de Europa, y que espero poder evitar pasándole de largo. Ya he estado varias veces en Arcachon y no me merece la pena volver a entrar. Conté sus características en las entradas del blog de 8-6-14 y 18-6-15.
- El estuario de La Gironde: aunque también he estado ya 3 veces, este me temo que no podré evitarlo porque si paso de largo por Arcachon llevaré ya unas 150 millas de navegación (en línea recta, con los bordos el doble o el triple) desde Hondarribia. Es un anchísimo estuario donde desemboca el Gironde (Garona), plagado de bajos fondos, con dos pasos navegables estrechos, y limitado al Norte por el banco de "La Mauvaise" ("La malvada") cuyo nombre da idea de su peligrosidad.
- La barra del Pertuis de Maumusson, el paso por el Sur de la Isla de Oleron. Te permite alcanzar el sotavento de la enorme isla de Oléron, continuar hacia el Norte por aguas abrigadas y visitar el río Charente y la cidad de Rochefort pasando una esclusa, pero sin desarbolar. En nuestra anterior navegación a Bretaña no se dieron las circunstancias para atravesar este paso y tuvimos que renunciar, lo que nos obligó a seguir hasta La Rochelle por fuera de Oléron.
- La barra del Río Etel: en Bretaña Sur, una ría cerrada por un banco de arena que sólo puede pasarse en pleamar y sin olas, y siguiendo las indicaciones del práctico o del faro. Cambia de un día a otro. Sólo es accesible de 3 horas antes a 2 horas tras la pleamar, y hay un semáforo que indica si está permitido o no el paso. Como curiosidad, en vez de las señales semafóricas náuticas habituales aquí la indicación la hacen con una flecha roja: horizontal indica prohibida la entrada y vertical paso libre. Superada la barra, dentro nos espera un mar interior enorme con una agua esmeralda, una marina acogedora y una ciudad apacible. Un buen lugar de descanso tras las largas etapas de Las Landas.
- Muchos otros puertos y ríos de Bretaña y de la Mancha que sería interminable mencionar.
Una sugerencia. Estoy seguro que lo has pensado y hasta quizá lo has intentado, pero un viaje tan apasionante como el que preparas, hasta pasando por delante de la Torre Eiffel, unido a un fantástico "relator" o cronista diario como eres tu, ¿no piden a gritos un sponsor? Pienso que tu puedes hacer una presentación más que tentadora para una Coca Cola, un Nestlé, un Danone,etc, etc. Además el ser un experto y el que ya hayas escrito libros, publicados y vendidos, te da una enorme credibilidad
ResponderEliminarSinceramente Alvaro, mas que por el dinero -que podría ser un buen pico que os permitiera al menos daros "la gran vida" en la excursión-, pienso en el atractivo de que la gente te lea, lo mismo que evidentemente es lo que te seduce para la escritura de tus libros, que hablando en términos económicos no creo que te den mucho dinero.
En fin, es una sugerencia para insistir en lo que seguro has pensado antes muchas veces. Pero es que ésta con eso de pasar por Paris, es más que tentadora....
Un abrazo de Higinio
Gracias por tus ánimos, Higinio. Nunca lo he pensado, sinceramente porque cuando salgo a una navegación no puedo estar seguro de terminar lo que empiezo. ¡Son tantas dificultades para un barco tan pequeño!. No estaría a gusto sin terminar algo por lo que me han pagado. Y tampoco teniendo que arriesgarme a hacer algo imprudente porque lo espera de mí quien me esponsoriza. Yo así voy tranquilo y pensando sobre todo en disfrutar de la experiencia, sin tener que dar cuentas a nadie.
ResponderEliminarY respecto a los libros, obviamente, aunque no me quejo de cómo se venden, no recupero con ellos ni lo que dejo de ganar con un permiso sin sueldo. Sólo los escribo para mí mismo y mi familia, y para que otros propietarios de barcos pequeños comprendan todo lo que se puede hacer y vivir con ellos.
Un abrazo
¡No Alvaro!, no pienses en negativo, que no es tu estilo, piensa en la ventaja de hacer un viaje todavía mucho más agradable por las comodidades y medios que podriais permitiros y con el atractivo, lo mismo que escribiendo un libro, de que habría muchos todos los días esperando tu crónica. Y desde luego, seguro que otros que gozan de sponsors, no son tan escrupulosos con los compromisos como tu....
ResponderEliminarAbrazos de Higinio