En la vuelta a Francia este verano vamos a navegar por latitudes más altas de las que hemos llegado nunca, concretamemnte a más de 51º de latitud Norte. A ello se junta que me estoy haciendo un friolero patológico por momentos, y se empeora por los kilos que suelo perder en las navegaciones largas. Para combatir el frío por las noches hemos comprado
una calefactor eléctrico que será también muy útil para que la ropa mojada se nos pueda secar. No es algo muy marinero, pero os aseguro que es enervante no conciliar el sueño por el frío, como nos pasó muchas veces en la navegación a Bretaña en 2015. Y peor aún tener la ropa mojada y ver que no hay forma de que se seque. Con el calefactor por lo menos los días que durmamos en una marina descansaremos a gusto y se nos secará la ropa. Y tened en cuenta que navegando por el extranjero vamos más a las marinas que en España.
El mismo calefactor sirve de ventilador, y nos vendrá muy bien en las etapas de vuelta por el interior de Fancia, seguramente en agosto, cuando naveguemos por los ríos y canales bajo la canícula veraniega.
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