Hola navegantes.
Finalmente salimos por los pelos del encierro en Narbona y volvimos a Santander por carretera.
El barco volvió a Puerto Chico en el camión:
Habían sido 1.293 millas en 84 días, llenas de anécdotas, que me permiten deciros a los propietarios de veleros pequeños ¡adelante, no lo pospongáis!. Cuando más tarde o más temprano os sintáis como un muñeco metido en un traje de negocios, o el aburrimiento os ahogue como una niebla espesa, no os dé miedo saliros del carril y soltar amarras. No demasiado lejos de casa podéis sentir lo mismo que sienten los que dan la vuelta al mundo en grandes veleros. Y hasta es posible que os envidien. Las navegaciones oceánicas o de altura no les permiten entrar en los sitios maravillosos donde entraréis vosotros, puertos pequeños y desconocidos, canales o ríos de poco calado que os llevarán a lo más profundo de los países. Sacad partido a lo que tenéis ahora, vale más eso que la esperanza de hacerlo todo cuando tengáis un barco más grande. Porque la vida es breve e impredecible.
Ver entradas del 30 de julio y del 1 y 3 de agosto.
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