Hola navegantes.
Ayer hubo otro ataque de orcas a un velero, el "TIFARE", de 11 metros de eslora, frente a Peniche (Portugal). Entre la tripulación del velero, que se hundió, se encontraban tres niños. Es ya el séptimo hundimiento que provocan las orcas, además de varios cientos de ataques.
(La imagen no es de este ataque, del que no hay fotos, sino de uno anterior con hundimiento).Los cinco tripulantes del "TIFARE", dos adultos (una portuguesa y un
francés) y tres
niños franceses, fueron rescatados a última hora de la tarde del viernes
en una operación coordinada por el Centro de Búsqueda y Rescate
Marítimo de Lisboa. El velero, que se encontraba a unos 90 kilómetros al
suroeste de
Peniche, emitió una alerta informando de un ataque de orcas, lo que
provocó la entrada de agua en el barco y su posterior hundimiento. Por
suerte el velero llevaba balsa salvavidas y los tripulantes saltaron a
ella.
La primera embarcación en llegar al lugar fue el pesquero SILMAR, de 22 metros de eslora y base en Peniche, que navegaba en las inmediaciones, y ayudó en el rescate de los cinco tripulantes, que ya se
encontraban en la balsa. Una fragata, la Francisco de Almeida, un barco de socorrismo de la Capitanía del Puerto de
Peniche, y un helicóptero de la Fuerza Aérea también participaron en la
operación. El helicóptero los recogió de la cubierta del pesquero, ya de noche, y los trasladó a la base aérea de Montijo, y desde allí fueron llevados a un hospital para recibir atención
médica.
Con cuidado, navegantes.
Gracias por la información Álvaro, lamentablemente a nivel nacional están pasando desapercibidas. Y como bien siempre has indicado, hasta que no haya desgracias personales parece que no se tomarán medidas.
ResponderEliminarUn saludo, Jesús.
Gracias Jesús. Yo creo que la mayoría de los navegantes somos partidarios de que se estudien científicamente unos petardos que las espanten sin dañarlas, y que nos dejen utilizarlos. Pero debería estar haciéndose desde los primeros ataques, y ya han pasado 5 años sin investigar nada. Tampoco se ha hecho nada para marcarlas con dispositivos electrónicos e informarnos dónde están para no acercarnos. Y tampoco para indemnizar a los perjudicados, como se hace cuando una especie protegida ataca y mata al ganado. O sea nada de nada. Una pena.
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