"La godille" es una forma de remar habitual en Francia, con un solo remo articulado en la popa de la embarcación. Se rema haciéndolo oscilar a derecha e izquierda y el remero se sitúa de espaldas al avance. El barco no tiene timón, y se dirige con el mismo remo, haciendo más fuerza a uno u otro lado. Se avanza mucho más lentamente que con dos remos y se rema de pie. En este video podéis verlo:
https://www.youtube.com/watch?v=sFiqSI7qmHA
Es el marino francés Hervé Le Merrer, de 48 años, que pretende cruzar el Atlántico así en 50 días. Experiencia atlántica no le falta, ya ha cruzado ese Océano 21 veces en solitario o con tripulación. Saldrá de Canarias en diciembre con dirección a Martinica (2.700 millas que pretende cumplir remando 8 horas diarias). Irá en solitario y sin asistencia, y aunque el Atlántico ya lo han cruzado varios aguerridos a remo es la primera vez que se va a intentar "a la godille".
La godille es una forma de propulsión habitual en Bretaña para distancias cortas (típicamernte, para ir del velero fondeado a tierra o cometidos similares). Yo lo he intentado y os aseguro que es dificilísimo, aunque a ellos se les ve hacerlo con mucha naturalidad. La próxima vez que navegue por Bretaña me he propuesto no volver a Santander sin saber hacerlo. Ha caido en desuso y sólo se mantiene como una tradición, porque el esfuerzo cunde poco y hay que ir todo el tiempo retorciendo el cuello para ver tu propia proa.
El barco se ha constrido específicamente para esta aventura y se llama "Eizh an eizh" que significa "8 a 8" en bretón, en referencia al movimiento de la godille en el agua, que debe describir el número 8 para avanzar. Mide 5,60 metros de eslora, y tiene una cabina estanca donde descansar y llevar los víveres y los instrumentos. La posición de espaldas a la marcha no es especialmente mala para atravesar el Atlántico por la ruta de los alisios, porque allí no tienes peligros en la proa (un Océano vacío) y sin embargo todo lo malo, y especialmente las olas impresionantes de 4 ó 5 metros, te viene siempre por la popa. Así podrá verlas venir y aprovechar mejor la pendiente de cada una. No obstante es un desafío impresionante para una persona sola. Ojalá lo consiga.
Para hazañas similares podéis consultar la del francés que cruzó el Atlántico a nado (entrada del blog de 30-3-17) y la del polaco que lo cruzó a remo con 70 años (entrada del blog del 6-9-17).
Lo que más me sorprende es que personas como él, que están todo el día al aire libre, ¡vaya sin gorro!
ResponderEliminarTe doy toda la razón, Charo. Y aprovecho para aclarar que la cabeza hay que protegerla del sol con sombrero, no con gorra. La gorra te da sombra a la cara y una falsa sensación de estar protegido. Pero deja las orejas y la parte posterior del cuello expuestas al sol, y allí es donde salen la mayoría de los cánceres de piel.
ResponderEliminarAustralia es uno de los paises con más cánceres de piel, por concentrarse allí el agujero de la capa de ozono y proceder genéticamente sus habitantes no indígenas de Inglaterra, con características cutáneas poco protectoras. Pues allí el uniforme de los niños en los colegios incluye un sombrero con ala ancha. Y los cascos de los obreros que trabajan a la intemperie llevan un pañuelito por detrás, que da sombra al cuello y las orejas.