Curiosamente ha remado "cara a la marcha" con un remo de kayak, cuando lo habitual en el remo oceánico es "de espaldas a la marcha" sobre un banco móvil. El récord tiene así más mérito aún, pues se avanza sólo con la fuerza de los brazos, mientras que en el banco móvil empujan también las piernas.
Alexander es un kayakista oceánico experto. Una sola de sus aventuras habría sido suficiente para llenar la vida de un hombre corriente. Hizo la travesía de Africa a Brasil y de Portugal a Florida en esa misma embarcación, en 2010 y 2013, o sea que esta es su tercera travesía atlántica a remo y en las dos anteriores no era precisamente un jovencito.
Todo el viaje se ha alimentado con productos liofilizados. Ha tenido varias averías. A los dos meses se le estropeó el desalinizador eléctrico, y desde entonces tuvo que conseguir agua dulce mediante un sistema de ósmosis inversa accionado a pedales. En una tempestad con olas de 10 metros rompió el timón, y lo pudo reparar gracias a la ayuda de un barco que se cruzó en su camino.
Un marino de los de antes, que se crece en la dificultad hasta hacerse más grande que los problemas. ¿Cuántos de 20 lo harían?.
Todo un referente este caballero.
ResponderEliminarImpresionante, eso es determinacion y fuerza de voluntad.
ResponderEliminarTodos los que han cruzado un océano a remo, y ya son quizás algunas decenas, dicen que lo crucial no es estar cachas de gimnasio, sino lo que dice Daniel, la determinación y la fuerza de voluntad. Y yo creo que también estar satisfecho con uno mismo, porque si no no se aguantan esos 3 meses de soledad absoluta.
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