Pues si, ya nos pilló. Hoy salimos de Pisa con intención de llegar a Porto Venere o a Vernazza, según el viento. Y fue más bien escaso. Nos hemos hecho 32 millas en unas 10 horas, de las cuales la mitad, las de las horas centrales, en una navegación a vela fabulosa, un través amurados a babor con la mayor y el espí, y el resto apoyados por el motor. Lo único destacable, que vimos delfines, y que una gran parte de la jornada hemos tenido delante cuatro barcos de guerra en formación, pero que no se han dirigido a nosotros para nada. Es una pena porque les hubiéramos prestado nuestra ayuda encantados.
Al llegar a la altura de Porto Venere estábamos ya desventados y decidimos parar aquí. Y aunque el sitio es precioso, ya os lo conté a la ida, la sorpresa vino al ir a pagar. Ya estamos en temporada alta y ahora cuesta 79 euros por noche, aunque como la franja es para los barcos menores de 10 metros y al nuestro le falta mucho para esa talla, nos lo han dejado en 50. Pero ojo al dato, sobre todo los que estéis pensando en compraros un megayate. A ver si sabéis cuánto paga el de casco oscuro que está tres puestos a estribor nuestro en la primera foto. Pues 1.098 euros al día por el sitio más 200 o 300 por la electricidad. O sea que a consolarse.
Al entrar en Porto Venere hemos dejado a babor la isla Palmaria, la de la penúltima foto, y un escollo sobre el que se construyó en el siglo XVII una torre defensiva que se llama la Torre Scuola (Torre de la Escuela) que veis en la última foto. Es una torre robusta, con muros de 4 metros de espesor y capaz de acoger a 8 personas, pero que no me han sabido decir la razón de su nombre. Obviamente jamás ha sido una escuela. Si mañana me entero os lo aclararé.
Hasta mañana navegantes.
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