Instalaron la tele en las bodegas y después de invitarnos a unos pinchos y un vinito, allí comentamos la navegación alrededor de la Península. Mejor imposible. Como el ballenero está a flote, tuvimos que terminar un poco deprisa porque la pleamar iba a ser muy alta y quedaba muy mal la pasarela para bajar a tierra.
Al terminar, nuestros nuevos amigos de Galerna Taldea nos invitaron a cenar a su "txoco" o club gastronómico, y luego a pasar la noche en Bermeo para regresar a Santander el sábado. Gracias por todo, chicos.
Precioso sitio y excelente acogida, me alegro.
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