Hola navegantes.
Marina di Campo fue la escala donde conocimos la picaresca de algunos amarradores italianos, que te cobran un precio abusivo sin dar recibo, regateando la tarifa y sin dar ningún servicio. Nos colocaron en el área de trabajo de la grúa y pretendían que nos quitásemos de allí durante el día para volver por la noche, después de haber pagado la estancia por adelantado. Nos negamos, y al irnos a la isla de Pianosa en ferry vimos que la grúa empezaba la maniobra para echar un barco al agua. Ya había aparecido uno de los “ormeggiatori” jóvenes y vi que echaban el barco al agua en nuestro costado de babor, mientras el “ormeggiatore” tiraba desesperadamente de las amarras del Corto Maltés para apartarlo. Estaba claro lo que iban a hacer durante todo el día, afeitarnos la regala con los barcos de la grúa.
Ver entrada del 7 de junio.
Don Alvaro, es que los ormeggiatore son para echarles de comer aparte... léase esto: http://ganandobarloventogambucero.blogspot.com.es/2015/05/de-gorrillas-nauticos-y-otras.html y verá como todos hemos acabado padeciendo de una forma u otra a dicho espécimen náutico.
ResponderEliminarGracias Paco, muy ilustrativo tu artículo. La verdad es que para nosotros los pícaros fueron una excepción, la mayoría fueron correctos y honrados. Acuérdate los de Livorno qué gente tan maravillosa, la que tuvieron que montar para que pudiéramos quedarnos con el puerto lleno por una regata y soplando fuera fuerza 8. Un saludo.
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