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jueves, 1 de agosto de 2019

¡Qué cerca de casa!.

Hola navegantes.

Hoy salimos de Mundaka muy temprano para aprovechar la altura justa de marea.  En la desembocadura de las rías hay un momento peligroso, que es cuando se enfrenta a la fuerza del agua que baja por el río con la de las olas que quieren entrar por la desembocadura. Hoy había un viento del nordeste que levantaba olas en el mar, y  la marea estaba bajando. Para evitar el momento peor intentamos salir cuando la marea vaciante tiraba con menos fuerza , y eso era antes de las siete de la mañana. Así que madrugamos, salimos sin desayunar hacia Bermeo, y en el puerto de Bermeo, amarrados al muro, desayunamos.

Después disfrutamos de una jornada de navegación ambivalente. A primera hora disfrutamos de un viento del nordeste no pronosticado, que nos permitió avanzar la mitad de la ruta en orejas de burro a unos seis o siete nudos. A mitad de camino,a la altura de Armintza, el viento decayó completamente y tuvimos que hacer un par de horas ayudados por el motor. Y al final de la jornada,ya después del cabo Villano, y arrumbando directamente a Bilbao,salió un viento del oeste, justo contrario al que habíamos tenido a primera hora de la mañana, que nos permitió llegar al superpuerto de Bilbao dando bordos. El total 24 millas en unas 7 horas, y solo nos cayó algún chaparrón aislado.

Dentro del abra de Bilbao nos hemos quedado en el puerto de Santurce, que no conocíamos de navegaciones anteriores. Hemos aprovechado la tarde para conocer este pueblo, y para que David viera el puente colgante, que no conocía.


En la imagen el edificio de la escuela de Náutica, que simula un mercante.

Mañana intentaremos llegar a Santoña, y el sábado a Santander.

 Hasta mañana, navegantes.

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