Hola navegantes.
Ayer fuimos con los grumetillos a los fuegos artificiales. La visión de los fuegos desde el mar es mucho más atractiva que desde tierra porque desde el barco se ven tres veces y se oyen dos. Se ven en el aire, reflejados en el agua, y reflejados en los cristales de las casas. Y se oyen primero por su propia explosión, y unos segundos después por el eco que rebota en las mismas casas.
Organizamos dos grupos y quedamos a las 19:30 h. Como no hacía nada de viento fuimos a motor a fondear a Los Peligros para cenar. Aprovechamos para enseñarles a identificar los faros, boyas y balizas por la cadencia de sus luces, las luces de navegación de los barcos, identificar el rumbo de otros barcos por las luces que nos presenta, enseñarles el material de seguridad para la navegación nocturna, etc. Después de cenar, a las 22:15 salimos a motor hacia El Sardinero. La zona para ver los fuegos la elegimos cerca del sitio de lanzamiento y a ser posible a barlovento. Si no, el humo de los primeros lanzamientos ensombrece el aire hasta el punto de que algunos fuegos ni se ven. Había pocos barcos y en vez de fondear nos quedamos navegando al ralentí, que te permite coger mejor las olas y que nadie se maree.
Al terminar unos nos fuimos a fondear al Puntal para pasar la noche a bordo (en Santander el 30 de agosto es festivo) y otros volvieron a puerto. A los que nos quedamos a dormir en el hotel de tántas estrellas (en realidad, todo el firmamento) la naturaleza nos regaló un amanecer nublado, pero tan tranquilo que el mar parecía un baño de mercurio. No apetecía bañarse y nos limitamos a dar de comer a las gaviotas los restos de la cena y el desayuno.
Luego dimos unos bordos por la bahía para enseñar a los grumetillos algunos de los sitios que desconocían. Al mediodía volvimos a puerto, donde todavía nos dio tiempo a enseñarles a pescar quisquillas y cangrejos desde el pantalán.
En resumen, dos días de navegación maravillosos.
Querido Alvaro: Una vez más ¡chapo! no solo por tu labor con los enfermitos de Valdecilas, sino por el entusiasmo que vuelcas en ello y la alegría con que lo haces. Me ha encantado eso de que los fuegos se ven en el mar tres veces y lo de hotel de tantas estrellas como hay en el firmamento, ¡es genial!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo de Higinio
Gracias Higinio, tú siempre tan amable. Si algún verano vienes a Santander te invitaré a ver los fuegos desde el mar para que lo compruebes. Un abrazo.
ResponderEliminarYo este verano los vi desde la playa de La Compostela, lo que alli llaman el combate naval y me acorde de ti, con eso que comentas de verlo 3 veces y oirlo dos.
ResponderEliminarOtro verano llevare a los niños a verlos como tu bien dices, que tiene que estar precioso.
Saludos, Daniel.